Los gitanos miran a España
Los rumanos expulsados por Sarkozy advierten de que si no vuelven a Francia irán a otro país para alimentar a sus hijos
La mayoría de los gitanos rumanos que han sido expulsados de Francia en las últimas semanas quieren regresar a este país, pues en Rumanía no tienen formas de subsistir. Volverán a Francia, aunque la policía «nos expulse otra vez». Desde principios del año 2010 unos 9.000 ciudadanos rumanos de origen gitano han sido repatriados a su país de origen por el ministerio de Exteriores. Y desde principios del pasado mes de agosto, cuatro aviones repletos de gitanos rumanos han despegado del aeropuerto de Marsella con destino al de Baneasa en Bucarest. No será el último avión, según ha hecho saber el Gobierno de Nicolas Sarkozy.
Los gitanos son los más pobres entre los pobres y viven en un barrio de Barbulesti cuyas calles están sin asfaltar, y muchas casas carecen de las mínimas condiciones de habitabilidad. «Los gitanos de Barbulesti son una buena radiografía de su situación en el conjunto de Rumanía. Son muy pobres, están marginados por la sociedad y la única salida que tienen es emigrar al oeste de la Unión Europea, porque para ellos es mejor vivir en un barrio de chabolas a las afueras de Madrid, París o Roma que en Rumanía», asegura el sociólogo Mircea Popescu.
Adrián tiene 37 años y hace parte de uno de los grupos de gitanos rumanos expulsados por París. Está casado y tiene tres hijos de 14, 11 y 7 años. Adrián vivió durante casi dos años en una chabola a las puertas de Lyon. Habla un francés correcto. Asegura que «volverán a Francia con mi mujer, porque aquí no se puede vivir». Y advierte: «Si Francia no nos abre sus puertas, nos iremos a España o Italia, porque tenemos que comer y darles de comer a nuestros hijos, y nadie nos va a detener». Adrian lo tiene claro cuando dice: «Los gitanos no tenemos fronteras. No nos quieren en ninguna parte. Queremos trabajar y no vivir de limosna. Sólo pedimos que nos respeten un poco».
Traian, que habla un francés mucho más rudimentario que Adrian, también quiere regresar a Francia, «me cueste lo que me cueste», destaca este joven. Pero confiesa que preferiría irse a España, porque «los españoles son más abiertos». Explica que un primo suyo vive desde hace 10 años cerca de Castellón, tiene un buen trabajo y está perfectamente integrado. «Aquí no tenemos ni para comer el gobierno no hace nada por nosotros, y yo no quiero acabar robando porque sería una vergüenza para mí y mi familia», cuenta Traian.
Radiografía. En Rumanía viven unos dos millones de ciudadanos de origen romaní. Según diversos estudios, el 90% de los gitanos rumanos viven en la pobreza. Aunque las autoridades rumanas reciben dinero de la UE para integrar a los gitanos, y, «la mayoría no tienen ni para comer y viven al día. El Estado francés nos da la espalda y el gobierno rumano nos ha convertido en ladrones y mendigos», declara el alcalde gitano de Barbulesti, Ion Cutitaru.
Decenas de miles de gitanos fueron asesinados por los nazis durante la Segunda Guerra Mundial. «Las expulsiones de Francia nos recuerdan acontecimientos muy malos», señala Marian Mandache, abogado de origen gitano.