Diario de León

Roberto Martínez de Benito presidente de la asociación castellana y leonesa de salud mental

«Las personas con enfermedad mental necesitan trabajo digno»

Martínez de Benito (i) es el presidente de la Sociedad Castella y Leonesa de Salud Mental.

Martínez de Benito (i) es el presidente de la Sociedad Castella y Leonesa de Salud Mental.

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ana gaitero | león
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El psiquiatra Roberto Martínez de Benito es el presidente de la Asociación Castellana y Leonesa de Salud Mental y representante de León en esta organización que el viernes debate en el salón de actos del Museo Patio Herreriano los avances y retos pendientes de la salud mental en la comunidad. De Benito señala que la reforma psiquiátrica se inició en los años 70 en algunos hospitales como el Dr. Villacián de Valladolid, al proponer un tratamiento en la comunidad para los enfermos aquejados de un trastorno mental grave. Se normativizó en los 80 para los agudos con la Ley General de Sanidad y en los 90 los hospitales psiquiátricos se enfrentaron al doble reto de desinstitucionalizar a los pacientes crónicos históricos y atender a los nuevos.

-”¿Qué balance hace de la reforma psiquiátrica?

-”La parte positiva ha sido reintegrar al enfermo mental en la sociedad con dispositivos de rehabilitación eficaces y atención universal al sufrimiento psíquico. Pero hay carencias ingentes: falta de profesionales, fundamentalmente de enfermería especializada; conformar una red de servicios con todos los programas y dispositivos; mejorar la atención y recursos sociosanitarios a las personas con enfermedad mental grave; desarrollar de una vez por todas y de forma real los programas de inserción laboral. Hora es ya que los pacientes dejen de vivir de las pensiones sociales y que se les pueda ofrecer un trabajo digno. Otro reto es combatir la idea del «loco criminal», que la enfermedad mental deje de ser una marca cainita para quien la padece. En resumen, estamos mejor que hace veinte años. Con más medios y recursos, con un tratamiento digno y no excluyente de los pacientes mentales, pero con unos recursos siempre limitados y una falta de apoyo más decidido por parte de instituciones públicas y privadas.

-”¿Cómo hacer esta desestigmatización de la locura?

-”Con las pautas que marca la Organización Mundial de la Salud (OMS). Debe hacerse desde la dignidad, lo que supone no infantilizar, tutelar ni quitar responsabilidad ética a los pacientes mentales. La mejor reinserción y rehabilitación es la igualdad.

-”La locura o falta de salud está en la calle. ¿El sistema público está dando respuesta a la demandade atención y rehabilitación?

-”La creciente demanda en los equipos de salud mental, que aumenta cada año, es un reto difícil de asumir por gerentes y profesionales si no se contempla un incremento de todos los perfiles. Hay un descontento cívico por las listas de espera y el poco tiempo para las consultas. El aluvión de patologías menos graves ha supuesto una distorsión en la atención a pacientes más graves, lo que redunda en un incremento de la asistencia hospitalaria y de los ingresos. Lo que debería ser el último recurso. Soy más optimista en cuanto a la rehabilitación a nivel hospitalario, pero hay que potenciar más la rehabilitación comunitaria con centros psicosociales.

-”¿Por qué han elegido el modelo asistencial de Vizcaya como ejemplo en la jornada?

-”Disponen de un modelo de atención en torno a las unidades de gestión clínicas, que afecta a otras áreas aparte de salud mental y permite incorporar a los profesionales en la gestión de los recursos. En Castilla y León tenemos un modelo centralizado en las áreas de salud, más jerarquizado y con menor autonomía para la gestión. Intentaremos analizar los pros y los contras de las unidades de gestión clínica y ver su viabilidad en nuestra comunidad.

-”También se pone sobre la mesa la experiencia de Italia y en concreto la reforma psiquiátrica en Trieste. ¿Es un ejemplo a seguir? ¿En qué aspectos?

-”No conozco el modelo de Trieste de forma directa. Sé que su experiencia en la desinstitucionalización de los pacientes de hospitales psiquiátricos en los años 70 se ha mantenido de forma constante, tanto en ideario como en medios. Constituye un ejemplo de actuación amparado por la OMS tanto en formas como en contenidos. A modo de ejemplo, sirva su experiencia de no haber utilizado contenciones mecánicas en su unidad de agudos, por otra parte no cerrada, en más de veinte años, algo que aquí es una utopía. Allí puede realizarse tanto por el número de profesionales como por sus programas de atención. (www.triestesalutementale.it/spagnolo/index.htm).

-”¿Cuáles son los retos actuales en salud mental?

-”Aparte de los citados anteriormente, la muy insuficiente, descoordinada y escasa atención a la infancia y a la adolescencia tanto por falta de medios como de personal especializado. Afortudamente en un futuro próximo se aprobará la especialidad de psiquiatría infanto-juvenil y espero que arrastre a la de psicología clínica y enfermería con la misma especialización. Otro reto es acabar con el hospital como centro de referencia de la atención al trastorno mental grave y que, como dijo ya el I Plan Estratégico de Salud Mental, la atención se realice desde los equipos de salud mental comunitaria, con más psiquiatras, psicólogos clínicos y enfermeras, además de otras profesiones imprescindibles como el trabajo social. Los cuidados en el domicilio que requiere la atención comunitaria dependen de enfermería y trabajo social (gestión clínica de casos, hospitalización domiciliaria, acompañamiento terapéutico...). En suma, las administraciones deben implicarse activa y presupuestariamente en la creación de medios y programas que permitan el acceso a un trabajo digno. Las pensiones conducen a la desesperanza y a la inacción. Y por un salario digno que permita el acceso a la vivienda. Hay muchos más, tanto como casos y peripecias vitales.

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