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Gente de aquí | Tradiciones rescatadas del pasado

Bien nacidos en Sahagún

Los vecinos rindieron homenaje y culto a los fundadores de la villa, los santos Facundo y Primitivo, y compartieron almendras garrapiñadas

A la salida de la iglesia se repartieron almendras garrapiñadas entre los feligreses.

Publicado por
Acacio díaz | sahagún
León

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Un año más, los vecinos de Sahagún rindieron ayer culto a los fundadores de la villa, los santos mártires Facundo y Primitivo, el primero de loscuales dio nombre al pueblo. Los actos comenzaron con la asistencia de autoridades civiles y eclesiásticas en el Ayuntamiento, para presidir el recorrido que separa al consistorio de la ermita de San Juan de Sahagún, patrón de la villa, y lugar donde se custodia las tallas de los santos fundadores, situados a ambos lados del altar mayor, ocupando así lugar de privilegio. El templo estuvo repleto de publico, como suele suceder desde la recuperación de esta celebración que había pasado a ser historia del pasado, hasta hace unos quince años, cuando fue recuperada del olvido. En la celebración eucarística, el párroco Jenaro Barriales, puso de ejemplo en tiempos de dificultad a los fundadores, claro exponente de fe, de entrega y de sacrificio para una juventud que sufre los avatares de los tiempos actuales. En el momento de las ofrendas una jovencita elevó suplica a los fundadores, intercediendo por las necesidades de la villa.

Facundo y Primitivo eran dos hombres que, tal y como cuenta la historia, fueron martirizados y arrastrados aguas a bajo del río Cea hasta ser rescatados en la orilla, donde se construyó una ermita que se considera la base del levantamiento de la localidad de Sahagún. Los supuestos restos de los martires reposan allí mismo.

Al final de la misa, tal como manda la tradición, el Ayuntamiento repartió entre el público congregado cientos de bolsas de almendras garrapiñadas. En esta ocasión, eleboradas en el propio monasterio de las madres benedictinas, a diferencia de años precedentes, que se compraban fuera de la localidad.

Según reza la tradición, el reparto de almendras es una manera más de aunar el martirio de los santos con la dulzura de la vida monástica, en un pueblo que tanto debe al monasterio. La banda municipal de música acompañó en todo momento los actos oficiales, sin duda una participacion que contribuye al engrandecimiento y orgullo en un día festivo en una villa que lucha por recuperar su historia y sus tradiciones.

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