Ofrecen solares casi gratis para atraer vecinos al pueblo más envejecido
El Ayuntamiento de un municipio de Cuenca subasta 150 metros por 2.000 euros
El Ayuntamiento de Olmeda de la Cuesta (Cuenca) sacará a subasta varios solares a precios muy económicos para atraer población a una localidad en la que no nace nadie desde hace más de cuarenta años y que es la más envejecida de España. Así lo ha adelantado el alcalde de este pequeño municipio conquense, situado a 55 kilómetros de la capital y a 160 de Madrid, José Luis Regacho, quien ha indicado que el objetivo es que el pueblo no desaparezca y «siga existiendo dentro de diez años».
Actualmente solo viven a diario unas quince personas, aunque hay censadas 32, dieciocho mujeres y catorce hombres, según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), que reflejan que esta localidad alcarreña empezó a perder población a partir de 1970. Por ello, el consistorio se ha comprometido a limpiar los terrenos con viviendas abandonadas cedidas por antiguos propietarios que ya no residen en la localidad para después sacarlos a subasta por el mismo precio que cuesta el derribo de las casas.
Ofrecen solares de unos 150 metros por unos 2.000 euros y ya hay algunas personas interesadas, ha explicado Regacho, quien ha augurado que a finales de esta legislatura podrán tener adjudicados una decena. El regidor ha reconocido que en su pueblo no hay oportunidades laborales porque en la comarca solamente existen pequeños cultivos de cereal o aceituna, por lo que, de momento, la única apuesta es atraer a los jóvenes los fines de semana y durante las vacaciones. En esas fechas la población se multiplica por veinte, como este fin de semana que celebran a San Sebastián, su patrón, que ha permitido reunir a entre 400 y 500 personas.
Sin embargo, los lugareños están «encantados» con su modo de vida en el que pasan el tiempo «cogiendo aceituna», «en las labores», en la «estufa» o «viendo la televisión», explican Anastasio, Victoriano, Balbina, Natalio o Piedad que entre todos suman más de cuatro siglos. El más anciano es Gregorio, de 89 años, quien recuerda con añoranza cómo hace cuarenta años muchos se fueron a estudiar o a trabajar a Madrid y ahora los que quedan se dedican como él a las labores del campo «mientras la salud se lo permita».
Sus vecinos enseñan con orgullo el edificio municipal de usos múltiples de más de 330 metros cuadrados con el que cuentan desde hace un año y que sirve de centro social y cultural. El hecho de ser el municipio más envejecido del país les ha hecho «algo famosos», cuentan.