Las hermandades de Sevilla tienen que admitir mujeres nazarenas por decreto

La igualdad llega, aunque tarde y por decreto, a la Semana Santa sevillana. A partir del mes de marzo, todas las hermandades de la provincia deberán admitir a mujeres en sus cortejos procesionales, según ordenó ayer el Arzobispado de Sevilla. La decisión modifica el exhorto que dejaba la capacidad de decisión en cada entidad, y que permitía que a día de hoy todavía tres cofradías de la capital hispalense mantuviesen el veto a la participación de las mujeres en su estación de penitencia.

El decreto del arzobispo Juan José Asenjo es claro, y establece la «plena igualdad de derechos» entre los miembros de las hermandades «sin que sea posible discriminación alguna en razón del sexo, incluida la participación en la Estación de Penitencia». Y justifica su decisión en motivos pastorales ante la necesidad de acoger «la petición de cuantas hermanas, ante las dificultades encontradas en el seno de sus hermandades, expresan su vivo deseo de participar, en igualdad de condiciones» en la estación de penitencia, que define como un «piadoso instrumento de santificación» que constituye además una muestra de fe pública.

La medida, que entrará en vigor el próximo 2 de marzo y ya ha sido aplaudida por el Consejo de Hermandades y Cofradías, afecta solo a tres hermandades de la capital, eso sí, de las más austeras y sobrias y cuyas reglas se remontan en algunos casos al siglo XVII. Se trata de El Silencio una de las más tradicionales y señeras de la ciudad; la Quinta Angustia, que desfila el Jueves Santo, y el Santo Entierro, que lo hace el sábado. A ellas se sumaría otra en el municipio de Dos Hermanas. Sus responsables, reacios en principio a la admisión de las mujeres en la procesión, ya habían acordado hace meses con el Arzobispado que la igualdad de derechos solo llegaría mediante una orden de Asenjo. Y creen que la medida no supondrá un cambio sustancial, ya que sus estimaciones cifran en 15 ó 20 las mujeres que lo habían solicitado en el caso de El Silencio. Pero está por ver si la publicación del decreto anima a las hermanas que no se lo habían planteado siquiera.

Hasta ahora, las cofradías sevillanas habían ido aceptando nazarenas a modo de goteo desde que en 1985 se incorporasen las cinco primeras mujeres. La única normativa firme en este sentido data de 1997, con las Normas Diocesanas que establecían la igualdad en los derechos de voz y voto de hombres y mujeres. Pero esta norma no consiguió acabar con la férrea oposición de una veintena de hermandades, que se aferraban a una libre interpretación del texto.