Aquí hay energía y mucha belleza

 

 

Dos hijos, Nicolasín y Toumani, y su esposa Calixta Aicha, encarnan el resultado más feliz de la aventura personal de Nicolás de la Carrera, nacido en Madrid hace 40 años pero con raíces profundas en Villar de los Barrios. Sin dejar nunca de mirar hacia Villar y hacia El Bierzo, Nicolás es ya, después de 18 años en África, un senegalés más: «Desde que bajé del avión la primera vez, me sentí bien aquí. Y esta sensación ha ido creciendo. Senegal es un país sorprendente en todos los sentidos. Hay aquí mucha calidad y belleza humana, hay muchas cosas que aprender y que enseñar y, sobre todo, muchas cosas que hacer. Un lugar con pocos medios, pero con mucha energía».

Formado en España como diseñador gráfico, no ha dejado de desarrollar esta faceta pero su actividad prioritaria en los últimos años es la que define como 'gestor cultural'. «Organizo eventos en Senegal y en España promocionando las dos culturas y generando intercambios entre ellas. Hace poco hemos realizado la tercera edición de un festival anual que llamamos XEES que significa 'combate' en wolof, la lengua local; ( www.festivalxees.com ). También estoy muy vinculado al sector turístico desde hace más de 15 años y organizo viajes sobre todo en Senegal y en África occidental. Se trata de viajes a medida, para poca gente, pequeños colectivos y, en especial ecoturismo. Últimamente también hemos desarrollado proyectos de creación audiovisual y de formación en Dakar ( www.culturadakar.es/2010/05/17/miradas-al-territorio )».

El trabajo en el ámbito del turismo, unido a su infatigable curiosidad, le han permitido conocer bien el país. «Recientemente he publicado una guía de Senegal en Anaya. Lo primero que me llamó la atención de este país fueron los senegaleses, la belleza y la elegancia de sus gentes, desde los niños hasta los más ancianos. Tienen mucha expresividad, mucha cercanía; son muy acogedores. Son sensaciones que me siguen asaltando 18 años después».

La estabilidad del país también ha facilitado las cosas según reconoce: «Senegal ha sido siempre un ejemplo de democracia en todo el continente; nunca ha tenido un golpe de estado, ha sido un país pacífico y culto, ha habido alternancia política... Es cierto que en estos momentos hay incertidumbre, se palpa un cambio de ciclo, pero no cabe duda de que en los últimos años se ha mejorado mucho en infraestructuras».

Después de todos estos años, dice sentirse muy bien aceptado: «Es mucho tiempo, he hecho mi vida aquí, junto a ellos, tengo una familia... bueno, dos: la de mi esposa senegalesa (padres, hermanos primos...) y la mía propia. Mis hijos han nacido y crecido aquí; (por cierto, el mayor fue bautizado en Villar). De momento no pienso salir pero siempre estoy abierto a la posibilidad de ir a otro lugar... y siempre con expectativas de ir al Bierzo, de volver a mis orígenes. Aunque parezca mentira, Senegal y el Bierzo tienen bastantes cosas en común; la gente es muy auténtica».

Su contacto permanente con España le permite tener a buen recaudo la morriña: «Internet facilita el contacto con la familia y los amigos; incluso me suelen llegar productos de la tierra... Sí tengo sana envidia, de las infraestructuras modernas que se disfrutan en España, especialmente lo que se refiere a Sanidad y Educación, pero el desarrollo comporta otras cosas que me gustan menos... Me da la impresión de que la juventud está muy perdidilla. Hay muchísimo desempleo entre los jóvenes y noto a la gente apática y preocupada cuando tiene medios y razones para ser más felices a pesar de las dificultades. Me gustaría animar a los jóvenes que estén en el paro y que no sepan muy bien qué hacer a que se vengan a África, que viajen, que salgan un poco fuera y vean otras opciones. A lo mejor se deciden por hacer algo aquí, o a lo mejor no, pero en cualquier caso, eso les dará fuerzas y más ganas de luchar».