Cerrar
Publicado por
PEDRO TRAPIELLO
León

Creado:

Actualizado:

El Sol está que arde. Se registra una actividad agitada y se prevé una tormenta solar cuya radiación puede afectar a sistemas de comunicación, satélites, aparatos... Ocurrirá en breve, ¿quince, veinte meses?... Hace días la Nasa situó dos satélites en ángulos opuestos del Sol para enviar al segundo imágenes de las dos caras a la vez. Stéreo los bautizaron. Estarán ahí vigilando durante ocho años. «Así las veremos venir», dijo un científico.

No era una leyenda de internet. Nos duchará una radiación solar con algún estropicio, aunque la Nasa no precisa qué intensidad y daño rifará esa insolación que fundirá los plomos. Quizá no sea muy agresiva, pero todos se han puesto ya a temerla y a prevenirse.

Ese día, cuando la tormenta solar se arremoline y nos enchufe, Stéreo nos dirá que empieza el baile. Lo sabremos al momento, pero la radiación tardará unas horas en llegar a nuestro planeta. Ese es el tiempo de que se dispondrá para desconectar todo, protegerlo, soterrarlo... Los que no lo hagan quizá se arriesguen a que se les achicharre el móvil, la tele, la cuenta bancaria, el frigo, la luz o el sistema de arranque del coche. Puede prepararse una muy gorda: confusión, desconexión, caos, sistemas de seguridad no operativos, comunicaciones estranguladas... ideal para dar un golpe fácil, asaltar un museo, alunizar en una joyería o borrar todos los archivos de una concejalía entocinada... así que los rateros ya le están rezando a san Quintín Tarentín para que el calentón sea un pedo cósmico que llegue abiendo puertas, cajas y cajeros, silenciando sirenas y cegando cámaras de vigilancia; el defraudador ofrece velas a la Virgen de los Esparabanes (reina y madre del pueblo lleounés) para que se esferule ese día el sistema informático de Hacienda; el mafioso ruso eleva plegarias a san Kyril de Alexandría para que la radiación permita un asalto cibernético a empresas de apuestas on-line ... y el común de los mortales nos conformaríamos con que ese día se escuajeringasen todos los peajes de autopista y, por fin, pudiera celebrarse en todo el mundo el Día del Cliente, gratis la pasada... pero rezaremos también para que los cielos nos libren durante estos meses de apocalípticos y profecías mayas.