Diario de León

La Sociedad Nuclear Española aboga por más centrales y por mantener Garoña

La nueva presidenta de la asociación no ve razones para que la planta no siga operativa

La Sociedad Nuclear Española se opone al cierre de Garoña decretado por el Gobierno en el 2013.

La Sociedad Nuclear Española se opone al cierre de Garoña decretado por el Gobierno en el 2013.

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efe | madrid

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La Sociedad Nuclear Española (SNE) abogó ayer por construir nuevas centrales en el país y mantener operativa la planta de Santa María de Garoña (Burgos) después de 2013, año de cierre ordenado por el Gobierno.

La nueva presidenta de la SNE, Lola Morales, y su presidente saliente, José Emeterio Gutiérrez, han coincidido en que no hay razones técnicas ni económicas para impedir que Garoña siga operativa y que, además, tenía un informe favorable del Consejo de Seguridad Nuclear para continuar hasta el año 2019. «Mantenemos la esperanza -han añadido- de que el Gobierno de marcha atrás» sobre Garoña. El Partido Popular no comparte la decisión del Ejecutivo y se ha comprometido a mantenerla abierta en caso de ganar las próximas elecciones generales.

En coincidencia con la asamblea anual de la SNE, formada por un millar de profesionales e instituciones del sector nuclear, Morales y Gutiérrez también han considerado «artificial» que el Gobierno limitara a 40 años la vida útil de las plantas atómicas y se han congratulado de su eliminación (en una enmienda incluida hace unas semanas a la Ley de Economía Sostenible). «Abre un rayo de esperanza, aunque no varía mucho el horizonte de la energía nuclear en España», ha dicho en este contexto la nueva presidenta, una ingeniera industrial.

En función de la demanda energética del país, Gutiérrez y Morales han estimado que para el año 2025 pueden ser necesarias tres nuevas centrales, en coincidencia con los cálculos del Foro Nuclear Español (patronal del sector).

Igual que han hecho países como Estados Unidos, Canadá, Suiza o Finlandia, España no puede «perder un minuto más» en planificar su política energética, donde se recoja la proyección de un mix para el horizonte de 2030, formado por «un tercio de renovables, un tercio de origen fósiles y un tercio de nuclear», han añadido.

Desde la toma de decisión, el diseño, la entrega de licencias y la construcción de una central oscila entre los ocho y diez años.

Respecto al retraso en decidir qué municipio español acogerá el Almacén Temporal Centralizado (ATC) de residuos nucleares de alta radiactividad, Gutiérrez ha dicho que no se puede estar esperando «permanentemente» y ha razonado que cualquier pueblo puede hacerlo. Aquel que lo haga «tendrá suerte», ya que es una instalación industrial que crea empleo y completamente «segura».

En 2010, según se puso ayer de manifiesto en la asamblea anual de esta asociación sin ánimo de lucro, se han producido 306.346 millones de kW/h, de los que casi 62.000 han procedido del parque nuclear español.

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