Hiere con un hacha a tres personas en un centro de salud de Fuenlabrada
El hombre, de 40 años y de origen magrebí, entró con el arma bajo la ropa
Un hombre de 40 años irrumpió ayer con un hacha en un centro de salud de Fuenlabrada (Madrid) y agredió a tres personas, que resultaron heridas de gravedad.
Según fuentes municipales, el suceso ocurió sobre las 12.30 horas en el centro de salud El Naranjo, ubicado en la calle Avilés número 2, donde un hombre entró con un hacha con la que atacó a tres personas, tras lo que fue detenido.
Una de las enfermeras del centro de salud el Naranjo de Fuenlabrada relató que el agresor gritaba «os voy a matar, os voy a matar», mientras golpeaba con el hacha a sus compañeras. María Ángeles se encontraba como enfermera de urgencias en la primera planta del centro de salud El Naranjo, cuando se vio sorprendida «por unos tremendos gritos de terror».
«He escuchado socorro, socorro. En un primer momento he pensado que sería algún niño que se había caído por las escaleras, o un infarto... pero era mucho peor de lo que pensaba», explicó.
«Cuando he bajado, me he encontrado separada del agresor sólo por el mostrador. Y he visto cómo, dentro, tres de mis compañeras estaban agazapadas en un cuarto, mientras un tipo enorme estaba sacudiendo con el hacha», explicó, visiblemente conmocionada.
Instinto. «Una de mis compañeras ha logrado escapar gateando al lado del agresor, mientras éste atacaba a mis otras dos compañeras. Mi instinto ha sido salir corriendo a pedir ayuda, hacia una calle donde hay un descampado. Y allí me he quitado la bata, por si era una fijación de un loco por perseguir gente con bata», detalló María Ángeles.
La afectada se escondió en una excavadora que había en el descampado, donde un operario la ayudó a tranquilizarse y a llamar a la Policía. «Cuando he visto aparecer las uvis móviles y a los coches de policía, me he acercado al centro de salud y he visto a mi compañera Conchi (la enfermera), que tenía una fractura frontal», continuó. «Han vendado a mis compañeras, hemos tenido que ponerlas oxígeno, suero, limpiar la sangre.. ha sido todo terrible... un trauma», añadía María Ángeles con voz temblorosa.
La afectada ha corroborado que ella al menos no conocía al paciente, que tenía asignado ese centro de salud, y que no había habido ningún incidente previo, ya que no había ocurrido nada hasta el momento del ataque.
«Cuando una persona está enloquecida no sabes qué motivos puede tener. Y gracias a que algunos de los médicos varones se le han enfrentado con más valor y ha huido», ha aseverado.
El atacante, un hombre de 40 años residente en el municipio y de origen magrebí, entró en el ambulatorio con el hacha escondida debajo de la ropa y fue directamente hacia el mostrador de atención al paciente que está frente a la entrada.