Muy personal
Nací en Ponferrada y me gradué en Ciencias Económicas y Empresariales en la Universidad de Santiago de Compostela. Me trasladé a Perú con mi familia compuesta de mi mujer Marina y de mi hija, Marinita, que salió de España siendo una niña apenas y hoy ya es toda una mujer.
Cuando uno está 15 años fuera, en realidad extraña no tanto su tierra como los años felices y hermosos de la infancia y la juventud allí vivida. En este sentido, una parte importante de mi corazón nunca se ha ido del Bierzo. Y cuando termine mi carrera profesional, planeo regresar a mis dos patrias: el Bierzo y Perú. Vivo en Buenos Aires, en el barrio La Recoleta. Me gusta mucho la ciudad, una gran urbe europea implantada en América Latina. El país tiene verdaderas maravillas naturales. A las tradicionales como el Glaciar o las Cataratas yo le agrego Salta. Como dice la publicidad de la provincia: «Tan linda que enamora…». Lamentablemente no es posible comer botillo en Buenos Aires, pero en el Bierzo tampoco existe forma de comer un bife de chorizo como en Argentina. Así que lo extrañamos pero nos conformamos. No bailo. Tampoco el tango (risas). Como dice Sabina, en las bodas algún pasodoble.