Muy personal
Reconoce que Suiza es un país privilegiado por muchas razones y también por la naturaleza. «Aquí en Zug la vida es tranquila, tenemos un lago y un panorama de montañas increíblemente bonito». Pero lleva peor el largo invierno: «Hay muchísima niebla y poco sol. Sólo si subes a las montañas ves el sol y eso puede llegar a ser deprimente...».
Echa de menos muchas cosas de España pero tiene los pies en el suelo: «Cada país tiene sus ventajas y sus desventajas. Aquí hay trabajo, se gana dinero y tienes todas las posibilidades para adquirir una buena formación. Quizá falta el `saber vivir´, pero cada uno puede adaptar su vida a sus propios intereses. En mi caso creo que he conseguido un adecuado balance entre el trabajo y el ocio. ¡Y cuando estoy harta de los suizos cabezones me voy a España!».
No tiene demasiada relación con españoles porque ya quedan menos «y casi todos son de segunda generación como yo». «En todo caso, cuando encuentro alguno me gusta mantener la relación. Cuando era más joven tenía más contacto porque mi padre todavía vivía en Suiza y porque iba a clase de español con otros chicos españoles. Más adelante saqué el Diploma Superior de Español por la Universidad de Salamanca y eso me permitió conocer a otros españoles».