Cerrar
Publicado por
ANTONIO NÚÑEZ
León

Creado:

Actualizado:

E l palabro ajuntar no viene en el diccionario de la Real Academia Española de la Lengua, aunque probablemente sí en el lleunés de Abel Pardo. Ni falta que hace, en cualquier caso, porque todos sabíamos desde chavales lo que significaba antes de que nos desasnara el señor maestro con la gramática de Nebrija. Esa sí que se nos antojaba parda en los pupitres de la infancia, pero ya en el recreo hacíamos corro y, antes de admitir en él a cualquier capullo, se abría un serio debate: «¿A éste lo ajuntamos o no?». Hay que ver cómo éramos ya de pequeños.

Ahora a Abel ya no le ajuntan en la UPL -”tranquilo, macho, porque quedan cuatro y el cabo-” y a Zapatero empiezan a desajuntarlo en la campaña electoral socialista de las municipales, que es ya un corro a lo bestia. En la última reunión de exalumnos los antiguos compañeros de clase, ya sesentones, teníamos la opinión dividida: «coño, cómo está el patio», los leonesistas, y «joder, qué país», los que aprobamos la asignatura y procuramos hablar en español sin faltas de ortografía. De cualquier forma, al presidente paisano le han suspendido los suyos el mitin del día 3 de abril en la madrileña plaza de toros de Vista Alegre, donde iba a torear de primer espada con miles de candidatos socialistas, pero se ve que la afición no estaba entregada-

La cuadrilla del de León -”leánse los barones socialistas de Castilla-La Mancha, Andalucía o Madrid, qué tres patas para un banco-” no estaban por la labor y exigían que aclarara antes de las elecciones si volvía a presentarse o se cortaba la coleta. Y ante la postura a lo Don Tancredo adoptada por el primero los segundos han decidido que cada cual vaya por libre, dado que el morlaco de las encuestas avisa cogidas a manta. Y está muy «toreao». Del dejadme solo del maestro a los monosabios de las autonomías se ha pasado al sálvese quien pueda o cada mochuelo a su olivo. Soraya Saenz de Santamaría sentaría plaza en el Cossío, crítica con boquita de piñón, diciendo que en Vista Alegre la afición iba a pedir las dos orejas... de Zapatero. Quede el rabo para la próstata de Rubalcaba.

En el proletario himno La Internacional dos sonados versos llaman a ajuntarse. «Agrupémonos todos/es la lucha final...» y, efectivamente, lo es para algunos a los que les caduca el cargo en mayo. Pero ni por esas en España, nación de naciones al decir del Estatut. El panorama actual del socialismo es fascinante y la etapa Zapatero puede hacer historia para no pocos dirigentes históricos que podrían quedar dentro de un mes tirados por las cunetas, si bien en una urna, no como los cadáveres de la guerra incivil que con tanto empeño se han empeñado en desenterrar para nada. Hoy día, mas bien, temen que la imagen del presidente del Gobierno les esté cavando su propia fosa y no hay nada que les tumbe más que coger el pico y la pala en la vida civil de paisano de a pie después de décadas en el cargo. Y se dice lo del pico y la pala es porque para lo único que podrían servir la inmensa mayoría de ellos después de décadas en la poltrona sin más oficio ni beneneficio. Que me perdonen los honestos albañiles del andamio y los peones camineros, gente honrada donde la haya, por compararlos con los políticos. Estos últimos lo único que tienen es mucho pico para embolsar dinero público a paladas. Fíjese, sino, usted en el concejal de su barrio, que es el que tiene más a mano.

Ha comenzado la precampaña de las municipales y los solares de las ciudades se están adornando ya con grandes carteles. En León, por ejemplo, sale el alcalde Francisco Fernández con un amistoso «Paco suma». Zapatero ni está ni se le espera y eso que es de aquí. Yo que Fernández y para no sentirme tan solo cambiaría el eslogan de la campaña por un «Vota a Paco y a Sumo». Como todo el mundo sabe aquí Sumo es el perrín buldog de Paco, un bicho de unos treinta centímetros de alzada, no más, y nada agresivo igual que el dueño. Los animales, como los niños, ya se sabe, lo que ven en casa. Algunos canófilos se lo agradeceríamos a cuatro patas.

Volviendo al arrejuntamiento del principio -”ley de conjunción de género planetaria, diría Leire-” uno no se explica cómo todavía en las encuestas Zapatero consigue ajuntar el treinta y poco por ciento de los votos que aun le quedan. Es otro misterio, como el de si vuelve a presentarse o no cuando empieza la primavera. A ver cuándo deshoja esa margarita.

Mientras tanto en el PSOE sonríen estos días con un rictus otoñal, incluido Rubalcaba.

O sea, la caída de la hoja.

Cargando contenidos...