Diario de León
Publicado por
PEDRO TRAPIELLO
León

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El mundo sigue girando. El mundo está a lo suyo y así ha de ser, así se espera. La normalidad reina mayormente, aunque la catástrofe de Fukushima genere un tsunami informativo que anega el ánimo con olas atómicas. Parecen empeñadas las noticias en venir con maremoto, bancarrota o peste radioactiva. Pero el mundo gira, aunque nunca sea noticia la inmensa humanidad que se levantará mañana para hacer su rutina sin mayor duelo.

Mientras se rifa metralla en Bengashi, ¿pensará un libio en Fukushima o en las cosas terribles que sirve el telediario?... no, está a lo suyo, a su calamidad, como lo está una sudanesa que busca pan inútilmente o el pakistaní y el afgano con sus estragantes bombazos rutinarios en mezquitas y mercados.

Por aquí todo sigue igual mientras no haya terremotos en la Champions (la religión). Seguimos la rutina ( mal, pero acostumbaos , dice Toñín). Por esos mundos, igual, cada uno en su crisis o afán; o en desfiles, reuniones y ceremonias. Me fijo en una foto que sirvieron las agencias entre otras de la brutal desolación japonesa. Es risueña: salen de la abadía de Westminster obispos, una obispa y la reina Isabel (con su eterno bolso, ramito, sombrero florido y como jefa de la iglesia anglicana) tras celebrar el Día de la Commonwealth .

Sonríen todos tan británicamente, que estomagan. Las ostentosas capas pluviales que lucen los obispos son iguales a las católicas y llevan bordadas en oro las llaves de san Pedro... caramba, ¡las mismas del escudo vaticano!... ¿pensarán que teológicamente son suyas?, ¿se las llevaron al divorciarse del papado esperando recuperar algún día el piso de Roma?... Llaves, putas llaves; se inventaron cuando dejamos de fiarnos del vecino; malo.

Otra foto de Japón muestra un pueblo en su desolación total y a una abatida mujer inmóvil, tapada con una manta y con su llavero en la mano. Tiene la derrota tatuada en la cara. Pensé entonces que cada vez que esa mujer vuelva a ver esas llaves no podrá comprender que la casa y todo lo que abrían ya no está. Me puse en su piel y se me atragantó la saliva. Esa mujer ya habrá muerto una vez cuando se muera... si es que antes no vuelve a morir otra vez con la radiación atómica.

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