LEONESES POR EL MUNDO. MÉXICO | RUBÉN GONZÁLEZ. DIRECTIVO Y EMPRESARIO
«Siempre está ahí la idea de volver»
Mañana cumple 35 años. Desde los 28 está en México, país que le entusiasma en muchos aspectos. Es un ejemplo vivo de cómo León y España dejan escapar a sus gentes más valiosas
«Estudié Empresariales y Economía en la Universidad de León y también un máster en dirección de empresas en el Icade; pero fue desesperante no encontrar nada serio en León...». Meses y meses de búsqueda baldía le llevaron a formarse en comercio exterior a través del Excal y allí nació a su aventura mexicana: «Nos enviaron a varios países para labores de promoción de empresas y productos de Castilla y León. Y fui a México por afinidad con unos mexicanos que compartían mi grupo de trabajo».
Investigaciones de mercado, asesoramiento a empresarios, catas y promociones de vinos, jornadas gastronómicas... formaron parte de su tarea cotidiana durante el primer año y medio pero en el corazón del leonés latía un emprendedor nato. «Empecé a buscar otras opciones y hace seis años una empresa textil valenciana me ofreció la dirección de su filial en México y acepté. Han sido años complicados pero también gratificantes en lo profesional y en lo personal. Tuve que acoplarme a una mentalidad muy diferente a la española y a una realidad difícil con una competencia recrudecida en los últimos años con importaciones desbordantes de textiles chinos. Nos dedicamos a la comercialización y fabricación de textiles que, en buena parte, importamos de España aunque también de otros países. Hoy vendemos lo mismo que hace siete años pero lo hacemos con la mitad de la gente. Es parte de lo que toca: gestionar más eficientemente los recursos».
Rubén ha sabido rentabilizar los contactos establecidos durante su primera etapa en México y esto le ha llevado a crear una empresa con claro marchamo leonés: Importaciones Antiguo Reino de León. «A través de esta sociedad comercializamos diferentes vinos españoles y nuestra punta de lanza son los vinos de Prada a Tope del Bierzo».
La acogida que al llegar al país le dispensó la Agrupación Leonesa de México, hizo posible que tuviera un «aterrizaje suave» en un país del que desconocía casi todo. «Allí se reúnen descendientes y naturales de León y se conservan las tradiciones como los bailes regionales o la celebración de la fiesta de la Virgen del Camino. Durante tres años formé parte de la directiva. Me prestaba mucho. Ahora se está construyendo una impresionante sede en el barrio de Polanco, el más lujoso de México D.F.».
Rubén reconoce que hay demasiados estereotipos que desfiguran la realidad de México y de los mexicanos y que sólo se derrumban cuando vives su día a día. «Aquello del mexicano dormido en una esquina con su poncho y su sombrero... es como lo del españolito vestido de luces. Carlos Slim se ha hecho uno de los hombres más ricos del mundo con el trabajo de los mexicanos y leoneses como Pablo Díez y don Antonino, creadores de una de las mayores cerveceras del mundo, siempre destacaron las virtudes del pueblo mexicano. A veces puede faltar un poco de arrojo pero nada que ver con lo del poncho... Lo que no es un estereotipo es la corrupción. La famosa -˜mordida-™ está a la orden del día: funcionarios, inspectores... y especialmente los policías con su órale jefe, cómo nos arreglamos ».
Entiende Rubén González que la distancia te da una perspectiva quizá más certera de la situación española. «Cuando regresaba a España me sorprendía mucho el nivel de vida de la gente a sabiendas que en muchos casos se basaba en créditos hipotecarios y sobreendeudamiento. Viendolo desde aquí, donde los créditos personales superan el 25% de interés, los hipotecarios el 10% y la financiación a la empresa es casi nula, te preguntas dónde se están haciendo mal las cosas». Su experiencia le dice que para los jóvenes españoles sólo hay dos caminos: formación con especialización y/o emprender. Yo lo intenté en su día en León pero ¿qué pones? Sigo sin tener respuesta. De otra forma quizá ya hubiera regresado».