Cultivar bien la flora intestinal
El Colegio Oficial de Farmacéuticos de León ofrece una charla sobre los beneficios del consumo de probióticos y prebióticos para el sistema inmune e intestinal
La contribución de los probióticos y prebióticos a la salud a través del equilibrio que aportan a la flora intestinal es el tema que aborda hoy en el Colegio Oficial de Farmacéuticos David Manrique, formador en nutrición y salud de Pharmexx International Spain.
La flora intestinal, que el ser humano adquiere en los primeros siete días de vida, es importante para la salud por su constante interacción con el organismo. «Sus funciones principales son la nutrición y el metabolismo como resultado de la actividad bioquímica de la flora, la protección frente a la invasión de microorganismos patógenos y el desarrollo y modulación del sistema inmune asociado al tubo digestivo», explica el farmacéutico.
Una dieta pobre en fibra soluble, estrés psicofísico, infecciones agudas, intervenciones quirúrgicas gastrointestinales, medicación, especialmente los antibióticos, y el envejecimiento son las principales causas de la alteración de la flora intestinal.
Las bífidobacterias y los lactobacilus son las bacterias que presentan efectos más beneficiosos, pero con «el envejecimiento disminuye la población de bífidobacterias y aumenta la de enterobacterias, estreptococos y Clostridium», subraya.
Probióticos. Los probióticos son microorganismos vivos que administrados en cantidades adecuadas producen efectos beneficiosos en la salud de la persona. Los probióticos para el consumo humano se encuentran principalmente en alimentos infantiles, leches fermentadas y preparados farmacéuticos en forma de liofilizados de bacterias.
«Para que un microorganismo sea calificado de probiótico es imprescindible demostrar científicamente que produce efectos beneficiosos en la salud del hospedador», señala el experto.Los ensayos preliminares deben realizarse en el laboratorio o con modelos animales.
La eficacia de algunas cepas probióticas está ampliamente documentada para indicaciones concretas de salud gastrointestinal como diarrea, estreñimiento, intestino irritable e inflamación intestinal.
También hay otras cepas con eficacia demostrada para indicaciones concretas sobre el sistema inmune, como la prevención de infecciones. No obstante, las evidencias científicas sobre un determinado tipo de población que varíe en edad (infancia o senectud) o estado fisiológico (embarazo o lactancia) no son extrapolables a otra.
Prebióticos. Los prebióticos son sustancias no digeribles que estimulan selectivamente el crecimiento o la actividad de un número limitado de bacterias autóctonas. Estimulan cambios favorables en la composición de la flora intestinal por un aumento de la población de bifidobacterias y lactobacilos frente a microorganismos no deseados. Los más conocidos son la oligofructosa, la inulina, los galactooligosacáridos y la lactulosa. La fibra prebiótica representa un complemento para los microorganismos probióticos. Se encuentra en algunos vegetales y en verduras y también en preparados farmacéuticos.
«El efecto prebiótico de un carbohidrato se valora en función de su capacidad de estimular la proliferación de bacterias saludables o deseables en detrimento de las no deseables», añade.
El objetivo de la charla que imparte David Manrique esta tarde «es ofrecer información a farmacéuticos y farmacéuticas para que puedan dar un consejo farmacéutico fundamentado «pues hay muchos tipos de bnacterias probióticas y no todas son iguales».