EL PAISANAJE
Kikirikí
El día que Zapatero anunció que no volvía a presentarse se le alborotó el corral a mi amigo y vecino Ezequiel, que hasta ahora pasaba por tener las gallinas menos estresadas de Villacedré y por eso le compro los huevos sin que se entere Hacienda. Las cuida en un solar enorme -"nada que ver con las jaulas de las de granja-" y hasta las mima como debe ser, pero desde aquel sábado de comité federal socialista las tortillas no me saben lo mismo. «¿Les pasa algo?», pregunté ayer a la hora del vino. «Joder, macho, cómo está el patio», se limitó a responder el otro. A Ezequiel, que gasta nombre de profeta bíblico, le han congelado la pensión y cada vez le ponen menos las gallinas. Es el futuro que deja Zapatero.
Pero para gallinero revuelto el del PSOE de José Luis, donde aspiran a sucederle como gallitos Rubalcaba, Bono y la pícara pipiolina Carmen Chacón -¿Cuándo se había visto esto antes en el ponedero?- alegando ésta última méritos de juventud frente a los espolones de los otros dos, que son reconocidos gallos de pelea. Oiga, si ser joven fuera meritorio, los huevos de Ezequiel irían todos directos a la Moncloa, así sin curriculum. Aunque, visto de este modo, tampoco Zapatero lo tiene. Empezó de jovenzuelo como diputado sin dar un palo al agua en la empresa privada ni en la otra, como las gallinas de mi vecino, e, incubando años y años de diputado, llegó a presidente. Está escrito en los periódicos que al llegar a palacio le dijo confidencialmente a su mujer Sonsoles que «cien mil como yo podrían estar aquí». O más, coño. Mala suerte lo mío. Que les pregunten a los de avícola Oblanca.
Al grano. En contra de lo que temen las gallinas de Villacedré, en Madrid no ha caido la Bolsa, asunto relevante donde los haya porque normalmente se despeña y cae del palo Ibex 35 cuando hay un vacío de poder. Eso significa, según los analistas, una de tres: primera, a ZP ya lo tenían descontado; segunda, que se largue en buena hora; y, tercera, las dos cosas a la vez. Se cacarea que en el PSOE los barones regionales también kikirikean lo mismo y por eso todos aplaudieron en el comité durante minuto y pico, pero ninguno le pidió que se quedara. Si a eso se le llama irse con la cresta alta, que venga Ezequiel y lo vea.
Queda un año de todas formas y ahora empieza lo mejor. El corralito sociata cada vez se reduce más y se estresa por momentos. La razón es muy simple. Si en la oposición no van a caber todos, a ver quién pone el huevo y eclosiona un sueldo, como las cigüeñas ahora. No vea usted qué picotazos se dan ya en la Junta de Andalucía. Para esta Navidad, como es tradición, quedarán muy pocos pollos -se calcula que un treinta por ciento- y los demás a la sartén. Todos quieren tenerla por el mango.
Sobre la renuncia de Zapatero a seguir galleando hay también tres versiones. Elija usted. Una, que cuando llegó a la Moncloa ya pensaba quedarse sólo ocho años, o sea dos mandatos. Coño, ésta es una exclusiva periodística con efectos retroactivos, porque ni a mí ni a mis colegas nos filtraron nada y eso que se nos hubieran puesto las cejas tiesas, especialidad de la casa. Dos, que se va justo a tiempo antes de que le echen los suyos propios y las encuestas de todos los demás -a mí tampoco me preguntaron- lo cual es una salida taurina a lo Cagancho en Almagro. Y, tres, que lo haga por exigencias familiares de Sonsoles y de las hijas góticas.
Ya sé que no está bien particularizar estas cuestiones, pero el que se dedica a la política sabe a lo que se arriesga y los de casa también. Solía decir Martín Villa que entra en el sueldo, incluido desayunar un sapo cada mañana cuando se lee el periódico. El piso de Madrid bien y gratis, Sonsoles. Y, respecto a las fotos de las nenas con Obama, fue lo que me dijo el otro día mi mujer: «¿Qué suerte hemos tenido con la nuestra, verdad?». Total, sólo calza botas de montar a todas horas, se embute una chupa de las compañías de operaciones especiales (COEs o como le llamen ahora en la mili) y se pinta las ojeras como Alaska. Pero no es del ku-kus-klan.
El problema de ahora es que Zapatero, cuando esté rebotado, va a volver a vivir al pueblo más o menos escabechado desde Madrid. Anda que no escabechó él antes a gente de aquí por las cunetas del PSOE. Su balance es el Estatut catalán, lo de negociar con Eta y cinco millones de parados es casi lo de menos. Hay quien dice que es un pato cojo a la americana como los presidentes gringos que agotan el último año.
Y de eso nada. Patoso siempre fue. Pero lo que a él le pasa es que lleva plomo en el ala de los sondeos, si no de qué.
Cuá, cuá.