Los pasajeros de un vuelo se amotinan para evitar ser dejados en Barcelona
Los 150 pasajeros que en la noche del sábado tomaron el último vuelo de la compañía Vueling entre París y Ciudad Real se amotinaron en el aparato para llegar a su destino después de que el personal del avión les comunicara que su viaje finalizaría en el aeropuerto de El Prat, de Barcelona, y no en la capital manchega. Por si esto fuera poco, no se les ofrecía alternativa alguna de transporte ni un hotel en el que pasar la noche. Su valiente acción incluso obligó a la Guardia Civil a intervenir como mediadora con la compañía aérea cuando la aeronave aterrizó en El Prat y los pasajeros se negaron a abandonar el avión.
El origen del problema fue el retraso de casi media hora con el que el avión despegó de París, lo que implicaba que llegarían al aeropuerto de Ciudad Real fuera del horario laboral del controlador de esta instalación. Al final, el motín de los viajeros procedentes de París obligó a Vueling a cambiar de planes y a trasladarlos desde Barcelona a Madrid en otro avión para continuar el viaje hasta Ciudad Real en autobús.