Las madres estresadas en el embarazo corren riesgo de tener hijos hiperactivos
Las madres que están deprimidas o estresadas durante el embarazo corren mayor riesgo de tener hijos afectados por el trastorno conocido como hiperactividad y déficit de atención, según un nuevo estudio.
Aunque ese trastorno es en parte de carácter hereditario, los científicos creen que la ansiedad antenatal puede contribuir a un 15 por ciento de los casos de niños afectados por esa condición.
El estudio ha sido presentado en la Sociedad Psicológica Británcia por Alina Rodríguez, del Instituto de Psiquiatría del King-™s College londinense, informa ayer el diario The Times . El estudio de miles de niños británicos desde antes de nacer hasta la escuela primaria permitió descubrir la existencia de una estrecha relación entre el estrés antenatal, el llamado ambidextrismo y determinados problemas de comportamiento infantil, de los que el más común es la hiperactividad con déficit de atención. Según los investigadores, las hormonas del estrés en el útero perturban el paso normal de las neuronas entre los dos hemisferios del cerebro, lo que resulta en la imposibilidad de que una de las dos manos se convierta en dominante y otros problemas.
Aunque estudios anteriores han descubierto un vínculo entre el estrés materno y el peso de la criatura y un coeficiente intelectual más bajo, es la primera vez que se establece una relación entre el estrés antenatal y el trastorno de hiperactividad con déficit de atención (THDA). Este último es uno de los trastornos de comportamiento infantil más extendidos y afecta aproximadamente a un 5 por ciento de la población.
Pero la prevalencia de ese trastorno es motivo de polémica, y así algunos médicos y maestros creen que el THDA sirve simplemente de excusa para el mal comportamiento y que demasiados niños están siendo medicados cuando bastaría con imponerles mayor disciplina. En el Reino Unido, el número de prescripciones médicas para tratar ese trastorno ha pasado de sólo 3.500 en 1993 a 610.000 en 2009, último año del que hay estadísticas fiables.