Diario de León

LEONESES POR EL MUNDO. IRLANDA | Ana López Alonso. Estudiante de doctorado.

«Las relaciones sociales, lo mejor»

Vive en Dublín para completar su formación y allí ha creado una familia junto a su pareja y los tres hijos de ésta. Defi ende que los jóvenes asuman pronto sus responsabilidades.

Ana López Alonso posa sonriente mientras pasea por St. Stephen Green.

Ana López Alonso posa sonriente mientras pasea por St. Stephen Green.

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maite almanza | LEÓN
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De ascendencia leonesa, vive en Dublín y trabaja en el Royal Collage of Surgeons, una universidad que imparte Medicina y Farmacia y en la que está realizando el doctorado, tras haberse licenciado en Biología por la Universidad de León. «Mi proyecto trata sobre biología cardiovascular, más concretamente sobre diagnóstico en enfermedades cardiovasculares», señala, mientras admite que, en el campo de la investigación, es conveniente trabajar en el extranjero para mejorar currículum y «porque es difícil encontrar puestos de trabajo en España».

Su vida no difiere mucho de la de cualquier europeo. «Entro a trabajar a las nueve de la mañana y me paso el tiempo haciendo experimentos en el laboratorio o en el hospital, y analizando las muestras en el microscopio. Hago una pausa de una hora para comer y termino sobre las cinco», afirma. Regresa a casa en bicicleta (algo impensable en la mayoría de las ciudades de España) o en coche, y ese es el momento que aprovecha para hacer la cena o limpiar su vivienda. Sin embargo, a sus 29 años, tiene una responsabilidad que puede resultar extraña a otras jóvenes de su edad: es madre adoptiva de tres niños, Tadgh y los gemelos Jack y Oisin, de siete y cinco años de edad, hijos de su pareja. «No los he adoptado legalmente todavía pero los cuido todo los días desde hace meses», matiza, mientras explica que, cada tarde, al llegar a casa, les ayuda con los deberes antes de leerles un cuento para dormir. Lo que sí mantiene es el horario habitual de acostarse de los españoles: las doce de la noche.

Confiesa que de España añora sobre todo a ciertas personas, sobre todo a su familia y amigos. «No echo de menos la mentalidad de muchos españoles, especialmente jóvenes que no quieren crecer y ser responsables de sí mismos, que todavía viven con los padres porque es lo mas cómodo», resalta. Para ella, residir en un país extranjero es enriquecedor, «porque resulta emocionante y aprendes mucho».

 

El desarraigo. Otra de las consecuencias de vivir fuera de España es el desarraigo. «Después de mas de tres años viviendo en Irlanda, cuando voy a España soy la extranjera y cuando vuelvo a Irlanda soy la española, y en realidad no me siento ni la una ni la otra», reconoce. Sin embargo, dice sentirse «totalmente integrada» en una familia irlandesa, la que forma con su novio y sus tres hijos, y admite que es muy sencillo hacer amistades en aquel país.

«Aguantar a tu jefe, y ser capaz de pagar el alquiler, que es carísimo», son los principales problemas para una persona de su edad en Irlanda. Por lo demás, allí la vivienda es «muy cara y bastante fría y húmeda pero entrañable, especialmente las pequeñas casitas». Elogia la sociabilidad y la amabilidad de los irlandeses, pero hay un pero: «el principal pasatiempo es ir a beber a un pub y casi siempre se bebe demasiado». Como compensación, «Irlanda es un país muy bonito, sobre todo la zona rural, que es muy verde, y los acantilados son preciosos. Además desde Irlanda se puede viajar muy barato a casi cualquier ciudad de Europa», afirma. La joven asegura que «las relaciones sociales son lo mejor, es muy fácil hacer de un irlandés un buen amigo y son gente simpática, comprensiva y nada racista». Por el contrario, «el transporte es malísimo, caro, lento e impredecible» mientras que la cocina no está mal del todo. «Hoy en día la gastronomía irlandesa es una mezcla de platos de otros países y puedes conseguir casi cualquier producto. Echo de menos el buen jamón serrano, que es dificil de conseguir y muy caro, y el buen queso», dice. Visita España en Navidad y en verano, utiliza Internet para contactar con sus amigos y el teléfono para charlar con sus padres, y piensa regresar a España «pero no de momento». Asegura que su familia, pese a la distancia, está contenta de que resida en el extranjero «porque a ellos también les habría gustado hacerlo».

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