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Publicado por
PEDRO TRAPIELLO
León

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Empleados del Musac andan de gresca contenciosa por un quítame allá esa plaza y pónmela de montera, que el sitio es mío. Llevan trabajando ya seis años en el divino tiberio y entienden que no pueden convocarse públicamente esas plazas sin contar con su ventaja. Esta es la patria de la antigüedad es un grado... y de sargento para arriba, todos con machaca (que también será sargento cuando le llegue el turno y, entonces, ya podrá él contratar a otro). Pero, por tranquilizarnos, ¿está aclarado en el Musac el cómo y, sobre todo, el por qué les colocaron ahí a ellos y no a otros?...

En el Ayyyuntamiento de León casi trescientos empleados verán aregladas sus plazas porque convinieron gobierno y oposición en regularizar su situación, esto es, empotrarles en nóminas y escalafones (no es inoportuno recordar que estos empleos lo serán de por vida y con plaza en propiedad, mientras cinco millones de parados aspiran como mucho a tener plaza en un banco del parque en sus «lunes a la sombra y el resto de la semana a la cola»).

Tumbó el juez unas oposiciones en la Diputación porque sobraban indicios y remanguillés. ¿No hay institución donde no atufe alguna vez el amiguismo y el enchufe?... ¿Quién se priva de empotrar a la peña de sus siglas, al colega o a la familia?... Es que si no lo haces así, te matan los tuyos, alega el político prudente (aquí Nepote es santo y tiene un altar en cada esquina).

Por cierto, define el diccionario empotrarse como quedarse una cosa completamente metida en otra, generalmente a causa de un choque . Y la verdad es que en todos estos años de dedo democrático se lanzaron todos a las contrataciones para embutir miles de funcionarios en la cosa pública, porque esa es, por lo visto, una señal de crecimiento, progreso y modernización. Y siguen hoy igual de lanzados para seguir chocando contra los presupuestos y contra la gobernación sensata. ¡Y que digan!, pues una vez empotrados, ¿quién se atreverá a desempotrarles o cómo podría hacerse si la ley lo blinda?...

Sin embargo, tranquiliza mucho que nos demuestren cada día que «anchas son Castilla y las espaldas del Estado... anchas y sin fondo las arcas públicas... ancha la manga y ancha la manguera».