Cinco comidas al día por salud
El Colegio Oficial de Farmacéuticos de León prepara un taller para reforzar la atención farmacéutica a la población obesa (15%) o que padece sobrepeso (38%)
La obesidad y el sobrepeso son un problema de primera magnitud: suponen actualmente el siete por ciento del gasto sanitario. En España el 15% de la población padece obesidad y hay un 38% de personas adultas con sobrepeso.
Los malos hábitos alimentarios y de estilo de vida están de detrás de estas cifras que, además, tienen incidencia sobre la población infantil. El sobrepeso favorece la aparición de problemas físicos (diabetes, hipertensión aerterial, síndrome metabólico y dislepemias), psíquicos (ansiedad, depresión, pérdida de autoestima), sociales (rechazo y discriminación) y económicos (gasto sanitario).
«La alimentación equilibrada es la base de cualquier tratamiento de control de peso», subraya Luisa García González, licenciada y doctora en nutrición, quien prepara con la Vocalía de Alimentación del Colegio Oficial de Farmacéuticos de León un taller de atención farmacéutica en obesidad y sobrepeso para después del verano.
Según la experta, una alimentación equilibrada pasa por «comer cinco veces al día: es mejor comer poco y a menudo, que mucha cantidad de una vez». El metabolismo tiene un mecanismo de respuesta ante la falta de comida: «Si no llega alimento se protege disminuyendo el gasto», apunta María Luisa García. Por el contrario, «si cada tres o cuatro horas recibe alimentos, ya gasta».
Este es una de las razones científicas por las que se tiene que educar a la población en buenos hábitos alimentarios como punto de partida básico para perder peso. El segundo punto fuerte para la pérdida de peso sin poner en riesgo la salud es hacer ejercicio físico.
«Lo que desaconsejamos completamente es hacer dietas puntuales que no enseñan a comer y hacen que, cuando las dejas de hacer, vuelves a engordar y a veces adquirir más peso», explica la experta.
Además de los períodos cortos entre comida y comida, la nutricionista apunta que una alimentación adecuada tiene que estar compuesta, a diario, por un 50% de hidratos de carbono, un 30% de grasas y un 15% de proteínas.
Patatas, arroz, pasta, legumbres, frutos secos, pero también verduras y frutas son el principal de aporte de hidratos de carbono en la dieta occidental y particularmente en la mediterránea. «Es preferible que los cereales sean integrales y hay que excluir completamente la bollería industrial», puntualiza Luisa García.
En cuanto a las grasas, deben ser cardiosaludables y hay que excluir de la alimentación cotidiana las grasas saturadas y las hidrogenadas. El aceite de oliva, las nueces y otros frutos secos, el pescado azul y el pescado blanco son fuentes naturales de estas grasas.
En cuanto a las proteínas, los principales proveedores son la carne y el pescado entre los animales y los vegetales y legumbres. La nutricionista aconseja las carnes blancas frente a las rojas puesto que estas últimas aportan al organismo las desaconsejadas grasas saturadas. En cuanto a frutas, verduras y hortalizas hay que seguir la máxima de comer dos o tres raciones de verduras al día y de tres a cinco raciones de fruta.
Y algo muy importante: beber agua o infusiones para hidratar el cuerpo. Se desaconsejan por completo los zumos comerciales porque, según esta experta, «todos están hechos a partir de concentrados de zumos y contienen azúcares».
También es importante excluir de la dieta comida precocinada, enlatada y precongelada que también tiene azúcares añadidos, sal y grasas, además de sustancias conservantes, colorantes, estabilizantes, etc.