Entre dos aguas

'Terras de Pontevedra' es de esos lugares que no dejan indiferente. Un mar pequeño da paso a un océano enorme y la vista de la ría sorprende a quien nunca ha estado en una. Bateas, nasas, tardiña, solpor... Palabras distintas que definen el apego de las personas al mar y a los momentos eternos, estados de ánimo-¦ Y sol, mucho sol. Sorprendente. Y mucho más: petroglifos, castros, calles medievales, casas marineras con solaina.

Dos días en 'Terras de Pontevedra' son pocos para ver todo lo que tiene que ofrecer, pero suficientes para empaparse de belleza, de caminatas que siempre conducen a sitios que sorprenden aún más. El paisaje es cambiante, se sucede, parece eterno, parece entero.

¿Saben que existió un loro en Pontevedra cuyos ciudadanos todavía recuerdan el triste día de su muerte y crean uno a imagen y semejanza cada año para incinerarlo de nuevo durante el carnaval? El loro Ravachol, una simpática figura de la ciudad del río Lérez.

¿Y que decir de que existe la teoría de que Cristobal Colón era de Pontevedra? Al parecer hay una casa en el municipio de Poio que lleva su nombre. Y una iglesia, la de Santa María, situada no muy lejos del astillero donde dicen se construyó uno de las naves que llevaría al descubridor de América a su destino.

Un imprescindible: el mar y su turismo. Un barco turístico recorre la ría de Pontevedra. Con la isla de Tambo casi en el comienzo, en la desembocadura de un río Lérez, que pasó de ser uno de los ríos más contaminados de España a convertirse en un paraje natural lleno de naturaleza viva y playas fluviales. A lo lejos se avista una isla, la de Ons, en la que se puede acampar o simplemente descansar con refresco en mano en un lugar privilegiado al lado del mar. Es un espacio natural protegido queforma parte del Parque Nacional de las Islas Atlánticas.

El barco que atraviesa la ría se pone en marcha de nuevo con destino a Combarro, un pueblo marinero lleno de curiosidades: sus típicas casas con soportales, hórreos encima del mar, sus fuentes, sus cruceros y sus sinuosas calles. El turismo se ha desarrollado en la zona de 'Terras de Pontevedra' como un producto de calidad donde existe una oferta variada para los distintos públicos y poderes adquisitivos. El tiempo expira y quedan ganas de regresar aún sin haberse ido. Más del 80% de los turistas que visitan las Rías Baixas lo hacen al menos por segunda vez. ¿Quién dijo que en Galicia hace mal tiempo? La temperatura a partir de la primavera en esta zona es magnífica, el sol ilumina y calienta con unos 22º de media. Dicen que en las Rías Baixas, y en concreto en la zona de 'Terras de Pontevedra' existe un microclima... y una macro oferta. Mucho que ver.