«La locura me hizo poderosa»

« La locura me hizo sentir pode rosa, pero con las pastillas ahora soy una sombra». Esta frase la pronuncia Mareva, leonesa de 24 años de edad, diagnosticada de esquizofrenia por el servicio de Psiquiatría del Hospital de León y una de las cinco participantes en la película «El camino de la esquizofrenia», que ayer se proyectó por primera vez en León. El documental, filmado durante ocho días en septiembre del año pasado, es una idea del jefe de Psiquiatría, Javier Álvarez, que ha planteado un «alegato contra el diagnóstico» para desestigmatizar a los enfermos. «Me preocupa el daño que hacemos a las personas con el diagnóstico de esquizofrenia porque la sociedad las estigmatiza. Todo el mundo relaciona la esquizofrenia con conductas agresivas y violentas y eso no es cierto». Un 1% de la población padece esquizofrenia, una enfermedad que aísla socialmente al enfermo, que sufre los efectos secundarios de la medicación. Y esa soledad se muestra en el camino. «La esquizofrenia jamás será para mí una vergüenza», dice Mareva, «es como un cascarón que al romper deja al descubierto una hoguera de colores», Mareva reflexiona sobre los efectos de la medicación en su personalidad, «desde fuera se pretende reprimir la locura». La familia de Daniel, de 48 años, vivió su infancia creyendo que era superdotado. Con un cociente intelectual de 150 se le atragantó la música. José María tuvo su primer ingreso en primer año de carrera, apenas tiene recuerdos de esos días. Susana, de 41 años, se define como una persona «peculiar». La enfermedad le dio el primer aviso por su problema con las drogas y hace un llamamiento a otros enfermos: «Que tengáis fuerza y afán de superación». Lourdes, de 55 años, insta a «que nos acepten como somos, que nos comprendan y no nos tengan miedo». Mareva insiste en el conocimiento interior de cada uno, «hay psicosis que te ayudan a comprenderte a tí mismo».

Los participantes en las jornadas de la Asociación Castellano y Leonesa de Salud Mental que se desarrollan en León decidirán si la cinta tiene valor terapéutico. El objetivo es presentarla en festivales, congresos y proyectarla en los centros de educación secundaria de Castilla y León. «Con psicoeducación el paciente puede controlar los síntomas psicóticos para que no influyan en su vida diaria», afirma Álvarez. La farmacología es sólo parte de la curación, «los enfermos se quejan de que no tienen el tratamiento que necesitan. No acertamos a darle al paciente la relación personal que busca, es decir, la empatía. En el tratamiento falla más la parte social y organizativa que la farmacológica», asegura Álvarez.