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ESCÁNDALO EN LA SOCIEDAD DE AUTORES

Un entramado societario para ''exprimir'' a la SGAE

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EL PERIÓDICO / Barcelona
León

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El auto del juez Pablo Rafael Ruz sobre el escándalo de la Sociedad General de Autores (SGAE) destapa la creación en los últimos años de una sorprendente arquitectura societaria dirigida a esquilmar las arcas de la entidad. La posiblemente la asociación más criticada de España ofrece argumentos suficientes ahora para justificar las críticas recibidas en los últimos años por la opinión pública española. José Neri, director de la filial digital de la SGAE, la SDAE, y mano derecha del presidente de la entidad, Teddy Bautista, construyó un entramado de sociedades con el objetivo de lucrarse y dar trabajo a familiares y amigos a costa de la sociedad de gestión de los derechos de propiedad intelectual. Según el auto del juez, lo hizo con la " autorización " e " impulso " de directivos de la SGAE.

Pese a la tibiedad con que la actual junta de la SGAE ha reaccionado ante el auto del juez, sin ni siquiera la petición de dimisión por parte del presidente, Teddy Bautista, lo cierto es que la contundencia del auto es remarcable. Según el auto, Neri ha sido el asesor en nuevas tecnologías del presidente, y bajo ese paragüas ha conseguido que empresas de su ámbito de influencia consigan contratos importantes en los últimos años. Bautista fue quien le puso al frente de la SDAE, una entidad concebida para el desarrollo de las nuevas tecnologías y financiada con cargo a la SGAE, con inversiones de los ministerios de Cultura e Industria.

SDAE no tenía trabajadores. No los necesitaba. Neri era su único empleado, y la función de la empresa era la mera subcontratación de proyectos. La principal destinataria de los encargos era la firma Microgénesis, de la que también Neri fue fundador y director hasta que en el 2003 fue nombrado director de la SDAE. En el 2005, Microgénesis pasó a manos de sus amigos y socios de otras empresas Rafael Ramos y Elena Vázquez, así como de su cuñada. Todo quedaba en casa. Según el juez Ruz, la actividad de SDAE se financiaba exclusivamente con los fondos de la SGAE y es la causa de un grave perjuicio patrimonial al protagonizar proyectos de carácter tecnológico (en concreto uno denominado TESEO) de difícil justificación. Esos proyectos tecnológicos debían ser impulsados por empresas con las que Neri tenía una relación directa. Incluso disponía de tarjeta de crédito de Microgénesis en la que en solo un año cargó 40.018 euros entre el 2005 y el 2006 para sus gastos. Otras empresas, como Micromega Consultores e Hipotálamo, vinculadas a Neri, también fueron destinatarias de importantes ingresos procedentes de la SGAE.

" La investigación practicada permite inferir, con suficiente solidez indiciaria ", asegura el auto, que tanto Teddy Bautista como el actual director general de la SGAE, Enrique Loras García, y el director económico Ricardo Azcoaga, " habrían tenido suficiente conocimiento de las vinculaciones existentes entre Neri y Microgénesis e Hipotálamo ". Las conversaciones telefónicas grabadas durante la investigación, las cartas cruzadas entre las partes han confirmado las tesis desplegadas en el minucioso auto del juez.

La SDAE creó Portal Latino SL para difundir en la web creaciones artísticas de autores latinos. Los principales valedores de esta plataforma fueron Teddy Bautista y el propio Neri. El encargo del proyecto recayó, una vez más, en Microgénesis. La SGAE contrató los servicios de la consultora Arthur D. Little, supuestamente independiente, pero cuyo director general, Eulogio Naz Crespo, compartió cargos societarios tanto con Neri como con Rafael Ramos, director de Microgénesis, según el auto. Su valoración de Portal Latino no podía ser más que positiva, por cuanto otras empresas de Naz Crespo también recibían encargos de Microgénesis, que ésta pagaba con dinero de la SGAE.

El auto pone el énfasis en los sobresueldos y pagos existentes sin realizar proyectos reales, típica forma de ocultar desviaciones de dinero en cualquier trama societaria. Las empresas " parasitarias ", según el auto, estaban encabezadas no solo por Neri, sino también por Rafael Ramos, para quien el juez Ruz decretó prisión provisional con fianza de 150.000 euros. Ambos están aliados no solo en Microgénesis, sino también Microgénesis Producciones (ahora Canalmicro), Imago Mundi y Coqnet, que se habrían beneficiado de contratos con cargo a la SGAE.

La institución más criticada en España por el afán recaudatorio de los últimos años ha sido la principal víctima de una gestión orientada a esquilmar sus recursos desde sus órganos internos. Las primeras noticias de las maniobras de José Neri se conocieron hace cuatro años. La junta directiva no reaccionó y Neri siguió aprovechando la situación, aunque con mayor discreción y menores ingresos. En el último año Neri intentó deshacerse del entramado con la fusión de la SDAE en la SGAE. Es la hora de la Justicia.