LEONESES POR EL MUNDO. REINO UNIDO | LUIS ALBERTO GONZÁLEZ. LICENCIADO EN ADE
«Aquí del fracaso hacen un triunfo»
Luis Alberto González licenciado en ade y estudiante de inglés Con el expediente más brillante de Administración y Dirección de Empresas se trasladó a Inglaterra para
Acabó su carrera y decidió ir a Reino Unido para perfeccionar su inglés y ser bilingüe. Con sólo 22 años, Luis Alberto González Rodríguez obtuvo el premio al mejor expediente académico de la licenciatura de Administración y Dirección de Empresas de la Universidad de León. Reconoce que cuando empezó la carrera se dio cuenta de que tenía «cierta habilidad para la economía y la empresa». Alimentando su «afán de superación» y en una continua «competición» contra sí mismo logró las mejores notas de su promoción.
Aunque al principio le apasionaban la economía pura y la gestión empresarial, poco a poco se dio cuenta de que quería enfocar sus estudios hacia la inspección tributaria y, al terminar la carrera, comenzó a preparar oposiciones. Sin embargo, fue en este momento cuando decidió que debería tener un nivel máximo de inglés y optó por ir a vivir a Reino Unido. «Esta tajante decisión se fundamentó en que para cualquier estudio futuro o profesión cualificada es esencial, pero también porque a veces es bueno hacer otro tipo de carreras fuera de la universidad, tales como la de sobrevivir en un entorno desconocido, sin tratar con españoles, sin ver a tus seres queridos, olvidando tus costumbres...». Una experiencia que considera fundamental porque «te cambia profunda e irreversiblemente». Dice que es «una carrera en la que tu principal asignatura es como ser cada día mejor persona». Está convencido de que ahora «es el momento para ello».
Estudia inglés en una escuela de Edimburgo y, afirma, que no sabe cuándo regresará a España porque «he venido con un objetivo y aun no puedo saber cuánto tardaré en alcanzarlo». Además, este joven leonés es consciente de que es «difícil planificar tanto cuando ni siquiera sabes lo que puede surgir de la noche a la mañana».
Explica que los países anglosajones tienen una cultura emprendedora diferente y en la que si una empresa fracasa se vuelve a empezar pero con la «indiscutible ventaja de que has aprendido del fracaso». Es decir, añade, «que saben cómo triunfar fracasando». Tiene claro que le gustaría encontrar «aquel oficio en el que desempeñe trabajos que me gustan».
Respecto a la importancia que puede tener la investigación en este campo en tiempo de crisis, este joven leonés recalca que «la economía es un campo que por su naturaleza abstracta y social no da ni debe dar lugar a resultados tan concluyentes como los que podrían obtenerse en las áreas técnicas».
No es ajeno a la situación de crisis global y, especialmente, la que se vive en España. Por eso considera que cada día el mundo exige más y mejores economistas « pues nos enfrentamos a la necesidad de abastecer a un planeta cada vez más poblado con unos recursos claramente limitados, y la labor del economista es tan simple y complicada como saber administrarlos, ser capaces de cubrir más necesidades».
También tiene claro que, en el campo de la empresa «hay grandes retos que requieren de buenos profesionales que sean capaces de analizarlos y proporcionar soluciones».
Para los que deciden dedicarse a la investigación alaba su carácter «heroico» aunque considera que existen otras alternativas más satisfactorias, sobre todo teniendo en cuenta los obstáculos que existen en España. «Para quién quiere dedicarse a tal menester en nuestro país la situación es totalmente desalentadora. Y es que tratándose de una labor que ya por su esencia es complicada y supone grandes niveles de competitividad y esfuerzo, en España muchas veces los incentivos de esta carrera suelen ser tan jugosos que se pueden resumir en la siguiente frase: inestabilidad laboral e incertidumbre perpetua», asegura este joven.
Por eso, este joven aprovecha la ocasión para instar al poder público y al empresarial a reflexionar porque se desperdician los grandes talentos y se les envían a diferentes países, dónde sí saben cómo tratarlos, con un billete sin retorno.