Comienza la Campus Party en Valencia que espera más de 6.000 asistentes

Alberto y sus amigos llevaban seis meses esperando dar el golpe. Y el golpe es un ordenador de 5,80 metros de altura, un PC metido dentro de un rascacielos, una reproducción muy fiel del Chrysler Building, uno de los edificios más emblemáticos de Manhattan. La obra les cupo por los pelos. La antena, coronada con una lucecita roja, se quedó a unos dedos del techo. Los más de 6.000 participantes se adentraron gustosos, excitados, impacientes, en los dos edificios futuristas, inmejorable escenario para este País de las Maravillas de la tecnología. Desembarcaron con toda su parafernalia. Los ordenadores arrastrados en carritos de supermercado, peluches, sus pantalones cortos y sus camisetas, unas más originales que otras, y un arsenal de comida y bebida de mera supervivencia: packs de 16 latas de coca-cola y paquetes de donuts. La Campus Party, un festejo capaz de envolver a diferentes perfiles de geeks -”amantes de la informática y la tecnología-”.