Los Sanfermines enfilan el -Pobre de mí- con actos con sabor a despedida
Los encierros dejan cuatro corredores heridos por asta, la mitad que el año pasado
Los Sanfermines 2011 apuraban ayer sus últimas horas con la celebración de numerosos actos que, con su sabor a despedida, anuncian de alguna manera el Pobre de mí con el que, a medianoche, pamploneses y visitantes dieron adiós a las fiestas. El Pobre de mí fue el último de los 520 actos incluidos este año en el programa de las fiestas, que finalizaron oficialmente con las palabras que el alcalde de Pamplona, Enrique Maya, pronunció en el mismo balcón de la casa consistorial en el que prendió el cohete el pasado 6 de julio.
Se consumaron 204 horas ininterrumpidas de fiesta, una fiesta en la que, ayer por la mañana, se corrió el octavo y último encierro, protagonizado por toros de la ganadería gaditana de Núñez del Cuvillo, que completaron en dos minutos y veinte segundos su recorrido de forma limpia y sin dejar heridos por asta. Al finalizar, tres corredores fueron trasladados al Complejo Hospitalario de Navarra. En total, contando a los de ayer, han sido 43 los corredores -"cuatro con heridas por asta frente a los nueve del año pasado-" que han sido atendidos en el Complejo Hospitalario de Navarra a lo largo de estos días, de los que siete no han recibido todavía el alta. Tras la carrera, que ha sido presenciada en directo por el escritor Fernando Sánchez Dragó, uno de los rostros conocidos que se dejaron ver en Pamplona, comenzó la retirada de los tablones del vallado, con la que, cada año, se intuye ya la vuelta a la normalidad.
Por la tarde tuvo lugar una protesta que, al igual que el cuarto de hora de parón que se vivió en algunos bares durante la madrugada, fue convocada por la Federación de Peñas de Pamplona para denunciar el «notable» aumento de agresiones sexuales que están ocurriendo durante estos Sanfermines. Un aumento que a su juicio responde a «una manera totalmente equivocada» de entender no solo esta fiesta, «sino la convivencia y la dignidad humanas», y que tiene su «máximo exponente» en la denuncia interpuesta por una joven de 22 años por una agresión sexual sufrida en unos servicios públicos en pleno centro de Pamplona, y en otra violación de una joven ocurrida en días pasados.