Otra mirada
Octavio Pulgar Méndez se licenció en Administración y Dirección de Empresas en la Universidad de León. Tras concluir la carrera, se trasladó a la ciudad china de Xiangtan para trabajar como preparador de alumnos chinos que después se establecerán en León para cursar parte de sus estudios universitarios. Tiene una particular visión de la república popular y de sus ciudadanos. «En cada chino hay un economista, son muy hábiles: montan un negocio y si no va bien, a los pocos días te lo cambian y montan otro». En su opinión, «son muy tenaces, como se propongan hacer algo lo consiguen, por muy imposible que nos parezca a los demás». Para muestra, un botón: hotel de quince plantas levantado en seis días. «Es la mentalidad del esfuerzo». Pero hay otra cara de la moneda, como la censura. «Yo no la percibo porque aunque no hay acceso a Facebook o a Youtube sí te puedes comunicar por Tuenti o MSN; ellos tienen el QQ, que es una especie de messenger». Se pueden tener impedimentos, por ejemplo, para entrar en el Tibet, pero es algo que se soluciona con un visado especial. Nada que ver con la vida en las grandes capitales, totalmente occidentalizadas. Este 'leonés en el mundo' valora «el respeto» de los chinos hacia sus mayores: «Hay leyes que castigan a quienes les abandonan».