CORNADA DE LOBO
Encorbatadísimos
O tra vez la corbata encoñó el debate. Bono le riñó a Miguel Sebastián (Miguel Sevaostiar, para los amigos) por no llevar corbata en las Cortes este martes: eso no es compostura, piensa el manchego, tan compuesto él. Fue una reprimenda colega, la de «amigos, lo que quieras; pero la corbata, por lo que vale». Pues tururú, ni que lo diga el emperador del Japón.
El caso es que en ese mismo hemiciclo en el que Bono exige compostura en la vestimenta se sienta un buen montón de señoras diputadas llevando cada cual vestidos totalmente distintos, ni uno solo se repite (bien se cuidan), con escote o sin él, en faldas o en pantalones, de diseño ibicenco o traje sastre. Sin embargo, a los varones se les apresa en una sola dimensión: traje y corbata, no pueden ponerse otra cosa. Ellas van a su bola y, al parecer, el señor Bono no aprecia que atenten contra la compostura o el decoro que el lugar exige, ni siquiera cuando lucen coloridos gritones que escandalizan el paisaje cameral provocando conjuntivitis en el ojo y risitas en la sala.
En ese escenario los tíos están en clara desventaja y el agravio comparativo es campanón. Ley de igualdad al canto, piensa alguno. La liberación del traje como uniforme obligatorio es una vieja aspiración masculina (o no, vete tú a saber, que hay pavos encantadísimos ahorcándose con una corbata y creyendo que así, de golpe, engordan de categoría y suben de rango).
Los diputados más rebeldes con la dictadura de la corbata suelen ser de izquierdas y nacionalistas. Les gusta que su vestimenta sea más de sport que de estrado; arregladitos, pero informales. Se agradece verles rompiendo la norma. Desconcierta, sin embargo, que cuando están en sus paripés o en sus gobiernos regionales se olviden de su rebeldía y se aferren a la corbata como jefecillos de banca. Gaspar Llamazares está discupado; tiene que ponérsela para que no le confunda la CIA con Bin Laden, a quien nunca vimos con corbata (¿añadiría Bono a los cargos del moro esta desconsideración?).
Por cierto, según corre por internet, «La CIA confirma que rezaron preceptivamente a Alá antes de arrojar el cuerpo de Bin Laden al mar. Oración: Alá de una, Ala de dos y Ala de tres... chof»).