Diario de León

CORNADA DE LOBO

El rostro de agosto

Publicado por
PEDRO TRAPIELLO
León

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Mañana entra el mes del «frío en el rostro». Recuerdo noches de escarcha el día 15 durmiendo en el puerto de Sancenas y una telilla de hielo en un pilón de Boca de Huérgano una vez que fuimos a echarles una película y cineforum (íbamos culturizando, qué plastas).

Aquí agosto... o te torra o te arricia. Y yo lo celebro. El calor descompone la gana. Acalorarte a mediodía y tener que echar una mantina al dormir es un lujo que no se paga. Debería explotarse turísticamente este «inconveniente» (dígase que aquí los ayuntamientos han instalado unos potentes sistemas de aire acondicionado que envidiarían todos los lugares del sur). Con la fresca de la mañana siempre empieza bien el día. Levantarse sin haber dormido bien por culpa de la calora es aplomar la jornada. Nada, fresca al canto en las mañanitas del rey David... que por ser tú tan bonita, te las cantamos a ti.

Si me piden mar de verano tiene que estar al norte (está tan caliente el agua en la Manga del Mar Menor, por ejemplo, que parece que se han meado todos los que veas allí bañándose, puag, qué sopa). Pero hacía cincuenta años que julio no venía en la costa cantábrica tan cargante y mojadito como este año, así que comprendo que eso desquicie a quien haya ido con ganas de playa y con guajes que se sublevan por las encerronas de la lluvia. Pero aún así, el norte es algo más que dictadura de arena, bronceado y chiringuito de palo a la cartera. El norte tiene un «padentro», laberinto de valles, pueblucos y arte escondido, historia para el que la quiera, vaqueiros para el que los busque y cocinas populares para quien no tema al colesterol. El norte, si refresca, pide juegos y lecturas, siesta plana y sobrecena tendida. Y después de andar, jugar o hacer, satisfechos a la cama. El sueño será reparador. Además, los que quieran o deban arrimarse saben que «si con calor aborrece, con la fresca apetece». ¿Qué más pedir?

Para los que hoy comiencen sus vacaciones, salud y goce, feliz paréntesis en esta guerra de dineros menguantes. Y recuerden que ese privilegio de vacación bien comida (que jamás soñarían el somalí o el sudanés que hoy van a morir de hambre puta) les obliga también a pensar... y a compartir.

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