Investigan la moralidad de las acciones humanas a través de realidad virtual
¿Por qué la personas actúan de forma diferente ante situaciones extremas? ¿Qué hay de carácter individual y qué de influencia externa en todo ello? Un equipo de la Facultad de Psicología de la UB quiere resolver estas cuestiones con un estudio donde aplicarán técnicas de realidad virtual y neuroimagen. «Llevando el mal al laboratorio. Explorando las fronteras de la moralidad y las diferencias individuales» es el sugerente nombre de este proyecto dirigido por el profesor David Gallardo-Pujol, del departamento de Personalidad, Evaluación y Tratamientos Psicológicos, en el que van a participar 80 estudiantes voluntarios a lo largo de los dos próximos años.
Además de practicarles pruebas genéticas y de inteligencia, y de rellenar un cuestionario personal (con datos sobre su educación, entorno familiar, valores...) se les introducirá en una Cova, una habitación especial de 3 metros cuadrados (por tres de alto), donde se convertirán en un avatar de realidad virtual. Allí se les someterá a una serie de pruebas, desde unas cuestiones aparentemente sencillas (elegir la más larga entre dos líneas), hasta decidir si median o no en una discusión, administrar algún tipo de «castigo» a otro avatar que no haya sabido resolver correctamente una pregunta o incumplir las órdenes de una autoridad para ejecutar estos castigos, sean o no justas. «Se trata de ver si hay factores genéticos, rasgos de personalidad, de inteligencia, de valores, de objetivos vitales; ver si estas diferencias predicen cierto comportamiento moral», explicó Gallardo-Pujol.
El proyecto, que se realiza simultáneamente en varios países en el marco del The Character Project (financiado por la John Templeton Foundation y coordinado por la Wake Forest University ), servirá para revisar por medio de las nuevas tecnologías algunos experimentos clásicos realizados el siglo pasado para analizar el comportamiento humano ante situaciones extremas; estudios que en muchas ocasiones no podrían repetirse ahora por los cambios introducidos por los comités de ética científica.