Diario de León

LEONESES POR EL MUNDO | Estados Unidos. Francisco León Prieto. vicepresidente de centocor

«Mi pasión son los fármacos»

Francisco León, en el edificio de Centocor en Filadelfia, donde trabaja.

Francisco León, en el edificio de Centocor en Filadelfia, donde trabaja.

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carmen tapia | león
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La biografía de Francisco León Prieto es un ejemplo de lucha por la superación profesional, pese a las dificultades. La investigación no es un camino fácil y en España se complica incluso para los mejores expedientes. Es vicepresidente en Centocor, una filial de Johnson and Johnson, una de las mayores empresas farmacéuticas pionera en el uso de anticuerpos para el tratamiento de las enfermedades autoinmunes. Es consultor de Alba, una pequeña empresa de Baltimore centrada en la investigación de la enfermedad celíaca. También es presidente de PharImmune, una consultoría de información sobre celíaca. Inmunólogo vocacional, estudió Medicina en la Facultad Autónoma de Madrid, «pasé veranos y años enteros en Holanda, Dinamarca (fui el primer estudiante de Erasmus de mi facultad), Inglaterra y Noruega durante la carrera. Siempre me gustó viajar y aprender. Viajé bastante por el mundo, aunque no tanto como hubiese deseado». Cuando acabó la carrera hizo su tesis sobre la enfermedad celíaca y la residencia en Inmunología Clínica, «me vine a Estados Unidos a finales del 2001 para poder trabajar en el que era mi ideal, los Laboratorios Nacionales de la Salud (NIH) en Bethesda, Maryland».

Pero el camino no fue fácil. A pesar de haber recibido el premio al mejor médico residente del año 2001, no encontró trabajo en hospitales públicos y tras siete meses de paro decidió irse «a algún sitio donde los méritos pesan más que la antigüedad. La falta de competitividad es una lacra tremenda en España, hay mucha gente con puesto fijo que no se lo merece». Y para probar lo que dice relata una experiencia que vivió en carne propia: «Estando en los Laboratorios Nacionales de Salud me presenté a una oposición en España y quedé el último, me dijeron que las plazas estaban dadas, y ya me quedé en Estados Unidos, donde los inmunólogos están muy bien considerados, a diferencia de España, donde ser inmunólogo es una lucha permanente». Es, posiblemente, una de las personas que más sabe sobre la enfermedad celíaca, la intolerancia al gluten que ocasiona problemas digestivos, hasta esquizofrenia y epilepsia, problemas cutáneos (dermatitis), neurológicos (depresión y ansiedad) y reumáticos.

Vinculación con León. Tras la experiencia académica en Laboratorios Nacionales de Salud se pasó a la industria farmacéutica para llevar a la práctica lo aprendido de forma teórica, «trabajé en Bristol-Myers Squibb (BMS, en Princeton, Nueva Jersey), en MedImmune (ahora parte de AstraZeneca, en Gaithersburg, Maryland, y en Alba». Fue en esta pequeña empresa donde hizo un ensayo clínico en el Hospital de León con los doctores José María García del Servicio de Inmunología y con Santiago Vivas del Servicio de Digestivo, «unos fenómenos, como otros profesionales del Hospital de León». Como consecuencia de la crisis, los problemas económicos han obligado a Alba a buscar un socio comercial para el desarrollo del larazotido, el que puede ser el primer fármaco para el tratamiento de la enfermedad celíaca. La implicación de León en este ensayo y otros trabajos de investigación en curso pusieron al Hospital a la cabeza en Europa en el estudio de la esta patología autoinmune. «Mi pasión es desarrollar nuevos fármacos para la gente que tiene necesidades aún no cubiertas por la medicina. El hecho de que mi madre necesitase un trasplante de riñón me influyó mucho. Por ciento, la sanidad española es de las mejores del mundo, sin duda, ahí damos mil vueltas a los Estados Unidos».

Considera que Estados Unidos y España tienen más en común de lo que la gente cree, «y los americanos son gente muy hospitalaria, en contra de lo que su imagen exterior proyecta. La política es otra cosa».

Compagina tres trabajos, aunque confiesa que sólo le pagan por uno, «pero es habitual en Estados Unidos, aquí se trabaja sin parar pero con gran rendimiento». Esta frenética actividad profesional le lleva a concluir la entrevista con la siguiente frase: «Como puedes imaginar, ni estoy casado, ni cocino ni nada por el estilo. Sólo trabajo, viajo y voy a León en Navidad, siempre».

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