Asalto al techo de la Tierra

Amigos, ya estamos en Nepal. De nuevo en este país que es mi segunda casa. Hasta hoy mismo hemos estado aislados en la zona del salvaje Bhote Kosi, justo en la frontera con Tíbet. Allí hemos pasado estos primeros días de Desafío Everest, testando el estado de forma de nuestros aspirantes. Y nos hemos encontrado con que el monzón, que ya debería haber remitido, sigue por aquí, dando los últimos coletazos. Así que nos ha caído alguna chupa de agua de las buenas. Debido a esto los ríos, que aquí abundan y son ya de por sí de unas dimensiones salvajes, forman cañones profundos, bajan muy llenos y sus aguas con una furia tal que resulta muy, muy peligroso vadearlos.

Mi primera impresión de estos días (como siempre que hacemos un desafío con aspirantes) es que me rodea un equipazo. Me acompaña un equipo de más de treinta profesionales que se comportan como auténticos aventureros. No todos son montañeros, con lo que para ellos este rodaje es realmente todo un reto, una aventura. Estoy tratando de seguirlos de cerca con mi cámara para mostraros su vida y su trabajo de primera mano.

Pero... ¡vamos al grano! Hemos estado tres días en esta zona de ríos, vegetación espesa, terrazas con cultivos de arroz (que está muy crecido) y hemos vivido algunas aventuras emocionantes. Como siempre me pasa en Nepal, una parte importante de la emoción no viene solo de la montaña, sino de las gentes que viven aquí. ¡No me cansaré de decir que deben ser las personas más amables y entrañables del mundo! De nuevo la manera de recibirnos, de tratarnos, de participar en lo que hacemos, no deja de asombrarme. Los niños se nos acercan con curiosidad, porque ven a un grupo muy grande de personas con cámaras, micrófonos... debemos parecerles muy locos y estoy seguro de que para muchos somos de lo más sorprendente que han visto nunca.

Mañana mismo toda la expedición se pone en marcha y ahora sí podemos decir que nos vamos a convertir en una expedición con mayúsculas. Nos vamos a iniciar nuestra aproximación al Everest a través de los valles de Khumbu y Gokyo. Nos pondremos de golpe en altura y será muy importante ver cómo reaccionamos todos a estas nuevas condiciones. No sólo los aspirantes, también el equipo estará muy vigilado por nuestro Doc, un fenómeno que nos cuidará y estará atento a males diversos... Hablando de males, ha cundido un poco el temor al mal de altura, por más que me esfuerzo en decirles que lo más importante para superarlo es ir tranquilo y no tenerle miedo. Emilio Valdés también está conmigo y mi hermano Kike ¡y los están fusilando pidiendo consejos!

Ya os contare cómo nos va... Como os decía, a partir de mañana nos vamos a parecer a esas expediciones de otra época que se movían en gran número y con muchos animales de carga... Amigos, tengo que dejaros, me dicen que o ceno ahora o ya no ceno y tengo que cenar y dormir antes de levantarme a las tres de la madrugada para volar hacia el techo del mundo. ¡Hasta la próxima! ¡Namaste!