«Dubai es cristal, León historia»

Virginia, licenciada en Investigación y Técnicas de Mercado, es leonesa «de corazón» aunque reconoce, en el fondo, que nació en Valladolid, pero se apresura a decir que se educó y se crió entre las calles de León.

Recuerda el frío y soleado invierno tras salir de las Carmelitas para corretear por la plaza de la Inmaculada, en «lo que es hoy» el barrio de Eras de Renueva aprendió a conducir, la Condesa fue testigo de sus paseos en bici. Toda la ciudad forma parte de sus vivencias, algo de lo que nunca te puedes desprender.

Desde que eligió la carrera tuvo claro, que a pesar de haber hecho algunos pinitos por empresas leonesas, su desarrollo laboral no podía estar aquí. Y así fue, una vez que terminó Investigación y Técnicas de Mercado dejó de residir en León, aunque vuelve a ver a su familia y amigos, antes a menudo, ahora, claro está por la distancia, una o dos veces al año.

Junto a Jordi, otro leonés, berciano para más señas, ha formado una familia con la que ha vivido entre Barcelona y Madrid, donde creyeron que echarían raíces hasta que Jordi, consultor en márketing e investigación de mercados, recibió reiteradas ofertas para dirigir, dentro de la misma empresa, la oficina de Dubai. Virginia, embarazada de su segunda hija Gabriela, prefirió que su marido pospusiera la oferta de trabajo. Una nueva propuesta después de nacer la pequeña Gabriela hizo que cogieran las maletas y se presentaran en Dubai. La primera vez que dijeron que se iban a vivir a la capital de Emiratos Árabes Unidos (UAE), reconocen que la palabra árabe, distorsiona toda la frase, y surgieron en las mentes los clichés que se forman habitualmente sobre la cultura musulmana. Sin embargo, Dubai al contrario que León, está en continuo movimiento, todo es nuevo. Pero recibieron una advertencia; el frío es casi parecido al de León, el aire acondicionado se pone un tanto fuerte.

Dubai es una ciudad muy cosmopolita, multirracial y moderna, pero increíblemente orientada a las familias y a los valores tradicionales y morales. La familia formada por Virginia y Jordi nunca se sintió extraña entre la multitud de personas que vienen y van ya que el 80% de la población es de fuera. Además es una ciudad llena de oportunidades laborales, por eso a Virginia no le costó apenas encontrar trabajo, es más, es muy normal que la mujer con hijos sólo trabaje media jornada, la conciliación es básica.

De hecho, la mujer en Dubai, como en cualquier ciudad europea, trabaja, conduce, y se viste acorde con su cultura, gustos o religión. Las musulmanas llevan el pelo tapado, las locales llevan la tradicional abaya negra y ellos kandora blanca, los cristianos se visten más conforme al gusto occidental, pero otras culturas como la india llevan el sari. La calle es a fin de cuentas como un precioso desfile de trajes regionales constante.

Después de año y medio en Dubai los visos de volver a León quedan para Virginia y su familia más bien lejanos, la situación económica mundial y en particular la española no ayudan a regresar con esta falta de expectativas laborales.