A pré

Qué quieren que les diga, pero a un servidor el penúltimo alto el fuego «definitivo» de ETA le recuerda al animoso teatrillo de Jiménez de Jamuz, un pueblo simpático, vecino al mío, que es La Bañeza, y muy dado a la pantomima donde todo el vecindario actua por Semana Santa representando en vivo la Pasión de Jesús lo mejor que puede. Un día el que hacía de Pilatos se dirigió a la gente y al divino reo con vehemencia desusada para hacer más creible el guión: «prendeile, azotaile, atormentaile, ahostiale y crucificaile». A lo que el cristo actor respondió acojonado y tragando saliva: «amos, no jodas». Siempre me quedará la duda de si el apuntador de debajo de la concha, y tiene muchas, no fuera Rubalcaba.

El dichoso comunicado de ETA venía igualmente más o menos apalabrado en el guión, si no de qué antes el Gobierno legalizó a Bildu, dejó que se presentarán así por las buenas a las últimas municipales, permitió el otro lunes la escena del sofá de la conferencia internacional de paz —¿Qué naciones?— con claque socialista y se sentó a esperar la buena nueva de otra campaña electoral.

Oiga, esto venía cantado desde que empezaron las excarcelaciones de presos etarras para cuidar a sus mamás, el acercamiento de otros al Pais Vasco y la ausencia de detenciones, qué casualidad, como lo es también que Zapatero diera una rueda de prensa autofelicitándose del supuesto comunicado «histórico» justo una hora después de producirse. Malicia uno que también iba en el libreto de la farsa. Rubalcaba conoce como nadie las alcantarillas del Estado desde los GAL hasta los bombazos del 11-M, borrando todas las huellas al estilo indio Jerónimo por si Eta tenía algo que ver con lo de Atocha. Y aquí otra de dos: o no es verdad o les tienen cogidos por donde se hizo famoso el caballo de Espartero.

La prensa drogadicta el Gobierno y ya con el mono de las subvenciones que no les va a dar Rajoy saluda el ruin folio de los encapuchados como el fin del terrorismo, el amanecer de la paz, patatín y patatán, etcétera. Algunos barruntamos, en cambio, que sólo es el pago a Zapatero y Rubalcaba en vísperas electorales para que el primero pase a la historia como «pacificator» y no el «parator» del Inem, permitiendo de paso al segundo arañar algunos votos que antaño les hubieran permitido mantenerse obsesivamente en el poder, aunque ahora a lo peor les salen rana porque la primera preocupación de los españoles es el curro y, sólo en el puesto veintitantos o más abajo, el terrorismo. Por cierto que la tercera es la clase política.

Está claro que las negociaciones entre el Gobierno y Eta no se cerraron nunca, ni siquiera después de la bomba en la T-4 de Barajas que en apariencia puso punto y final al primer y pomposo proceso de paz, como se decía entonces. Tengo yo un perro cocker superviviente de mil perreras y perrerías, por nombre Duque, que es calcado a «rastreator», el que busca en la tele un seguro de coche o de vida más barato con gorra, lupa y capa de Serlock Holmes. Ayer le di a oler el comunicado y el pobre bicho se atufó. Debe de ser deformación profesional por afinidad al dueño. Los canes y los niños, ya se sabe, lo que ven en casa.

Me da pena Mariano, tal que el cristo tragicómico de Jiménez de Jamuz, gallego al que han pillado en la escalera sin saber él mismo si sube o baja. Si dice que no a los de ETA le van a acusar de utilizar el terrorismo como arma electoral —coño, esto en boca de Alfredo o José Luis sería como los pájaros disparándo a las escopetas— y si asiente quedará como un gilipollas al que han pillado fuera de juego. Mucha barba y tal y cual, pero no tiene los bigotes de Aznar para contestar a los trileros gubernamentales con un «¿Y a mí qué me cuenta?». Y le quedará todavía otra patata caliente al gallego cuando llegue a La Moncloa, o sea aprobar o no indultos, amnistías camufladas para bandarras independentistas e incluso indemnizaciones, pensiones y seguros de paro en un país con cinco millones de parados, manda carallo, so pena de nuevas amenazas terroristas. La banda no se disuelve aunque ya sólo queden cuatro y el cabo. Acuérdese el lector de que la primera vez que negoció Zapatero con ellos a cara descubierta ya se las había prometido hasta el punto de que incluso los del PNV se quedaron escandalizados, se ve que, como son de derechas, miran tanto el dinero como la independencia.

Mariano recuerda también a otro paisano suyo gallego que, cuando le expropiaron en Cuba, se limitó a decir: «Llegó Fidel, me echó las cuentas y dijo que estábamos a pré».

Coño, qué futuro.