Muere a los 84 años el poeta Tomás Segovia

El escritor, poeta y ensayista valenciano Tomás Segovia ha fallecido este martes en la capital de México a los 84 años debido a diversas complicaciones del cáncer que padecía. El autor llegó a México huyendo de la guerra civil española y fue un referente del exilio republicano en el país centroamericano.

Nacido en Valencia en 1927, Segovia desarrolló en su país de adopción una importante obra editorial por la que recibió numerosos reconocimientos, entre ellos el Premio Octavio Paz de Poesía y Ensayo (2000) y el Juan Rulfo de Literatura Latinoamericana y del Caribe (2005). También fue galardonado con el Premio de Extremadura a la Creación (2007) y el Internacional de Poesía Federico García Lorca (2008). Uno de de los últimos homenajes que recibió Segovia fue el pasado octubre durante la Feria del Libro de Monterrey.

El Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta) ha expresado en un comunicado sus condolencias por la muerte del poeta, que estudió en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y desarrolló una extensa obra literaria. Cofundador de la Revista Mexicana de Literatura en colaboración con Juan García Ponce, entre sus principales obras se encuentran La luz provisional (1950), El sol y su eco (1960), Anagnórisis (1967), Figura y secuencias (1979), Cantata a solas (1985), Casa del nómada (1994), Fiel imagen (1997) y Sonetos votivos (2005 y 2008).

Entre los ensayos destacan Contracorrientes (1973), Poética y profética (1986) y Alegatorio (1997). En teatro dejó una obra, Zamora bajo los astros (1959), así como diversas obras de narrativa.

Segovia asumió con naturalidad desde el principio de de su exilio en México su condición de "desarraigado" y se convirtió en "el gran romántico" de las letras mexicanas en la segunda mitad del siglo XX. Admirador de poetas franceses como Gerard de Nerval, se midió con Juan Ramón Jiménez y Luis Cernuda, compatriotas y exiliados como él, y mantuvo una duradera amistad con el Nobel mexicano Octavio Paz.

"Considero que soy un desarraigado. Me desarraigaron, porque yo era un niño. De eso no culpo a nadie, es un destino", dijo en el 2005, tras recibir el premio Juan Rulfo de Literatura Latinoamericana, hoy conocido como Premio FIL en Lenguas Romances. El poeta se refería así a su infancia truncada por la guerra civil (1936-1939), que forzó la salida de su familia de España y su llegada a México en 1940.

Con 16 años comenzó a escribir poemas, la actividad por la que más se le ha reconocido. También se dedicó al cine, a la radio, a la traducción y corrección de textos, así como a la difusión cultural en México, donde pasó la mayor parte de su vida.

Aunque muchos veían un exilio o desarraigo como una carencia, Segovia sostenía que esa circunstancia indisociable de su vida le había permitido mantener una visión crítica de algunos fenómenos, como el religioso, considerados el prototipo de identidad en nuestro tiempo. El crítico Christopher Domínguez Michel ha escrito de Segovia que fue un autor que consideraba la poesía, más que un oficio, una actividad de índole artesanal, en la que lo fundamental era el dominio de la métrica.

Sus versos giraban en torno al día, la luz, las estaciones y, por encima de todo ello, sobre la mujer como la "suprema experiencia" de un poeta. Admiraba al pintor y poeta español Ramón Gaya (1910-2005), leyó con atención a Claude Levi-Strauss (1908-2009), fundador de la antropología estructural, y fue un crítico de los posestructuralistas.