Gente de aquí y allí | Amantes presidenciales
Sexo y poder en Washington
La capital política del mundo ofrece un vasto catálogo de mal guardados secretos de alcoba de grandes dirigentes y políticos a lo largo de la historia.
Washington es la capital política del mundo, la ciudad donde se toman las decisiones de las que dependen, en buena medida, las condiciones de vida que rigen el planeta. Hacia los cenáculos del poder allí establecido se dirigen todas las miradas, pero son muchas veces los altos cargos rehenes de sus más primitivas pasiones. La historia política de EE.UU. está salpicada de escándalos de índole sexual, amplificados en las últimas décadas gracias a la proliferación de medios de comunicación.
El último en verse afectado ha sido uno de los aspirantes a la nominación del Partido Republicano para la presidencia, Herman Cain, quien justo cuando había logrado colocarse a la cabeza de los sondeos, vio cómo se desempolvaba una vieja historia que ha hecho tambalearse su candidatura. Recientemente, la web Político informaba de que este empresario acosó sexualmente a dos empleadas en los años noventa.
No dista mucho en el tiempo la historia de Bill Clinton, cuando debió dar cuenta de sus relaciones con una becaria, Monica Lewinsky. El fiscal Kenneth Starr consiguió pruebas de que Clinton había mantenido relaciones sexuales con Lewinsky en el Despacho Oval. Su mandato estaría ya siempre asociado al escándalo.
Cuando de sexo y poder en Washington se habla, es inevitable referirse al 35 presidente de EE.UU. A Kennedy se le han atribuido relaciones con múltiples mujeres, era el insaciable JFK. Casado ya con Jacqueline Bouvier, siguió siendo un Casanova. Miembros de su equipo introducían secretamente mujeres en la Casa Blanca para deleite del presidente. Pero la relación más notable fue la que habría tenido con la que fue la mujer más deseada del mundo, la actriz Marilyn Monroe.
Claro que se equivoca quien piense que eso de las amantes presidenciales son cosa de los últimos decenios Jefferson fue uno de los principales artífices de la Declaración de Independencia, pero también ha sido acusado de haber mantenido durante años relaciones íntimas con una de sus esclavas, Sally Hemings, con la que habría tenido incluso descendencia.