Cosas de allá | Con la llave a otra parte
Adiós a los candados del amor
Roma retirará para siempre del Ponte Milvio los símbolos del amor eterno ya que su peso hace peligrar el puente más antiguo de la capital .
Malas noticias para los enamorados. Los llamados «candados del amor», que las parejas empezaron a colocar en el puente Milvio de Roma imitando a los protagonistas del libro del italiano Federico Moccia Ho voglia di te ( Tengo ganas de ti ), serán retirados y no podrán volver a colgarse.
Así lo han decidido los asesores del Municipio XX de Roma que en una votación decidieron por mayoría acabar con la que se había convertido en una tradición para los enamorados, en una moda exportada a todo el mundo, pero también en una plaga peligrosa.
Según la mayoría de los representantes de este municipio romano, los candados tienen poco de romántico y lo único que hacen es afear y deteriorar el Ponte Milvio, considerado el puente más antiguo de la capital.
En los próximos días se retirarán los candados, ya que según explicó el presidente del Municipio XX, Gianni Giacomini, «se trata además de una cuestión de seguridad, pues el peso de la gran masa de hierro hace peligrar la estabilidad de las farolas y de los muros». Giacomini explicó que la situación está degenerando porque la cascada de candados llega hasta el suelo y crean problemas para los viandantes, el puente se ha llenado de ambulantes que los venden a todas horas y además otros enamorados no se limitan a cerrar con llave su amor, si no que lo escriben en los muros del puente.
Todo surgió a partir del libro del italiano Federico Moccia Ho voglia di te ( Tengo ganas de ti ), que se llevó al cine en 2006, y en el que sus protagonistas enganchan un candado a una de las farolas del puente Milvio como símbolo del amor eterno.
Pero este gesto de amor empezó a ser imitado por los jóvenes romanos y por los turistas y miles de candados fueron enganchados en las farolas del puente romano. El ayuntamiento tuvo que colocar 24 columnas de metal a lo largo del puente para que los enamorados pudiesen colgarlos, pero ya no cabe ni uno mas y los pequeños candados se desbordan por todo el puente.