Vagón de mirra

Oro no hay, incienso no toca... y de mirra, un vagón colmado.

Los Magos de Oriente han comunicado de esta forma el regalito de este año: mirra.... pero mirra cómo beben los peces en el rrrrío...

Al rorró Jesús en Belén los Magos le ofrecieron oro, como rey, incienso, como dios, y mirra, como hombre (lo dice sólo un evangelista; los otros ni siquiera citan espisodio tan clave, qué curioso).

Los Magos de Oriente iban tras un rey y se encontraron en un establo a unos sin papeles (aguardaban al otro día para ir a la oficina de Empadronamiento) con una criaturita arrebujada en un pesebre y seguramente berrando de frío, según cantan todos los villancicos (en esto sí están de acuerdo las fuentes).

Aquella comitiva que llegaba de muy lejos con gran aparato de siervos y tres reatas de camellos persiguiendo a una estrella tuvo que hacerse un lío y mirarse atónita: ¿ese era el rey que buscaban?... ¿qué hacer entonces con todos los regalos que traían preparados?... eran caros: el incienso costaba entonces un riñón; la mirra, un huevo; y del oro, ni hablemos.

¿Y no cabe suponer que, si pensaban en un rey, la cantidad de vil metal sería respetable, acorde a rango?, ¿cuánto doblón o lingote sería?, ¿y qué hicieron con todo ello José y María?, ¿sólo les dio para el traspaso de una carpintería y para darse de alta en autónomos?...

Sócrates sospecha que los Magos de Oriente no sacaron todo lo que traían, quiá, ni hartos de grifa y astrología, cumplieron con tres detallitos y santas pascuas: unas pocas monedas y dos cajitas de los chinos con unos puñados de incienso y mirra (sobre todo, mirra). Lo cierto es que aquello no sacó de pobres a los de Nazaret. Qué detalle tan feo, señores Reyes, qué cutre tacañez, gesto miserable... ¿acaso no llevaban también piedras preciosas o joyas como en todo regalo entre monarcas?

¡Pues mirra!...

Mientras leo que en la Roma antigua la mirra se mezclaba con vino para aliviar el dolor de moribundos y ajusticiados, canta un corrillo en mi callejón: En el portal de Moncloa han entrado los ratones y al sastre de Economía le han roído los patrones... ande, ande, ande, la Marianorena... que vendrá la Merkel a hacernos la cena .... pues qué plan.