La prima de Riesco

Enedina Robles se hace siempre líos con lo que oye en la tele (ay, esa oreja) y le preguntó anteayer a mi tía Rolindes (a buen reguero fue a aclararse) quién coños es esa «prima de Riesco» de la que hablan todo el día las noticias; y que ¿de dónde saca pa tanto como destaca?, la muy fresca.

¡Enedina!...

La prima de Riesco baja, la prima de Riesco sube. ¿A qué se dedica esa prima?, ¿hace la calle?, ¿se aburre?...

¡Enedina!...

¿Y quién carambas será ese tal Riesco?, ¿es alguien de por aquí?...

¡Enedina!...

... porque el primero que me viene a la cabeza es el alcalde de Ponferrada.

¡Enedina!...

Y el otro, un cura que tiene aquí una calle, el Padre Riesco, pero no deben quedarle primas al pobre.

A Enedina no hay quien la pare. Nunca oye y vuelve al trigo: también en La Bañeza está la calle Angel Riesco, un obispo que fundó unas monjas seglares... yo creo que los Riescos son oriundos de por aquí, especuló... y por lo visto, inclinados al clero, rubricó.

¡Enedina, cállate ya!

Rolindes y Enedina están así todo el día, charlando, porfíando y matando el silencio mortal de la residencia donde comparten habitación desde hace ya cinco años, tan pichis ellas (las otras son unos muermos y unos sacos de quejumbres, ¿a que sí?, Rolindes).

Me quedé con lo de Riesco y su poderoso sesgo tan asturleonés. ¿Sería así? Ante el oráculo de Google grité ¡Riesco! y me devolvió 32 millones de ecos. En ese pajar encontré alguna aguja.

Efectivamente, el apellido es originario de estos nortes. Riesco es risco, peñasco alto, escarpado y peligroso de andar. No es casual que antaño apellidaran Riesco, Risco o Riesgo vaqueiros de alzada y gentes de braña. Su origen humilde les echó a la emigración (en Madrid, Argentina o Chile son unos cuantos; y por toda España, unos tres mil; en León y Asturias, donde más) y se ve que salieron listos y apremiados, pues es larga la lista de gente notable que por ahí se apellida Riesco.

«Pues habrá que buscarles alguna otra prima entre otros Riescos, porque se ve que esta que tienen ahora no les vale mucho», volvió a la carga Enedina.