La pedofilia afecta a entre un 10% y un 20% de los menores en la UE
Lo que comienza como una simple diversión puede terminar en tragedia. Cientos de personas se conectan a diario a la Red para conocer gente a través de chats. Estos foros de conversación en los que los ciudadanos interactúan suelen crearse bajo temáticas diferentes: más de 30, más de 40, ligar o por tu ciudad son solo algunos ejemplos de los nombres bajo los que se encuentran estos lugares web.
Hasta ahí no hay ningún problema, si no fuera porque gran parte de las personas que se conectan mienten descaradamente. Así, un hombre de 50 años se puede hacer pasar por un joven de 16, rubio y con ojos azules para engañar a víctimas vulnerables, que suelen ser niños o adolescentes. Precisamente esta semana se daba a conocer la noticia de que un ingeniero madrileño había engañado a través de un chat durante años a una menor de doce años haciéndole creer que tenía 17. El hombre quedaba con ella normalmente en la habitación de un hotel a oscuras para que la pequeña no fuera consciente de la gran mentira a la que estaba siendo sometida. Cuando la niña se cansó de la situación y quiso ponerle fin ya era demasiado tarde, el hombre comenzó a acosarla. Esta actitud suele suceder en muchos casos, el simple hecho de chatear con alguien se acaba convirtiendo en una obsesión, tanto que la persona en cuestión abandona su propia vida, familia y amigos viviendo únicamente para aquellos que le hablan al otro lado de la pantalla.
La de engatusar a menores a través de la Red para conseguir sexo o extorsionarlos es tan común que los expertos han acuñado algunos términos que hace referencia a este delito: grooming (estrategias para ganarse la confianza del menor), sexting (envío de contenidos sexuales) o sextorsioning (chantajear con fotos o archivos íntimos de la víctima)’, entre otros. Y es que la situación lo merece, los datos son escalofriantes: la Comisión Europea estima que en la UE la pedofilia afecta a entre un 10% y un 20% de los niños.
Desde la Unión Europea pretenden endurecer las penas de los responsables de delitos de pornografía infantil y proponen a los estados miembros a adoptar medidas que bloqueen el acceso desde su territorio a páginas que contengan pornografía infantil.
En las redes sociales. Lo realmente preocupante es que el trabajo del pedófilo comienza muchas veces en las redes sociales, en la que son los propios menores los que publican la información o fotos que deberían ser privadas. Por ejemplo Tuenti es un espacio creado específicamente para adolescentes, aquí el acosador solo tendría que crearse un perfil falso y agregar a su victima, si esta acepta la solicitud de amistad, ya está todo hecho.