El asesino de Olot no es consciente de su crimen: «Soy una buena persona»
Joan Vila dice no ser «culpable de nada» y que actuó para ayudar a los ancianos.
Joan Vila, el hombre que los criminólogos consideran el mayor asesino en serie del siglo XXI en España, comparece hoy ante el juez para responder una vez más por la muerte de 11 ancianos en el geriátrico La Caritat de Olot (Girona), entre el 2009 y el 2010. Vila, autor confeso de los once crímenes, declara hoy ante el magistrado lo que viene diciendo desde el primer día: que su intención era ayudar a esas personas a las que quería mucho, todas ellas de edad muy avanzada, para que no sufrieran más. «Pienso que no soy culpable de nada y, por tanto, no tengo que pedir perdón a nadie», declaró ayer en una entrevista publicada en el diario catalán El Punt.
Vila, encarcelado desde octubre del 2010, se considera una «buena persona» y está convencido de que no hizo nada malo. «Quizá cualquiera que se hubiera encontrado en mi lugar, delante de gente en fase terminal, hubiera hecho lo mismo. Yo he ayudado a esas personas, pero ante la sociedad eso no está bien visto», señaló en el rotativo.
El celador del centro residencial para la tercera edad relató en su primera comparecencia ante el juez que en seis de los casos acabó con la vida de los ancianos suministrándoles un cóctel de fármacos, en otros dos utilizó una sobredosis de insulina para provocarles la muerte y para las tres «eutanasias» (como dijo él en su declaración) restantes empleó lejía. En la entrevista da entender que en algún caso se le pudo ir la mano más de lo previsto. «Yo deshacía la medicación con aquel ácido y un poco de agua, lo ponía en aquellos botes y hacía un vaso. Pero no entiendo todavía por qué aquella última semana se desencadenaron tantos casos: el día del Pilar fue Sabina, que era un trozo de pan bendito; el sábado, Montserrat, y el domingo, Paquita...».
1397124194 Autocompasión. Está tan convencido de que lo que hacía era para bien, que pide que en el caso de encontrarse como estaba aquella gente, querría que le hiciesen lo mismo. «Yo no podría soportar, añade, que me levantaran con una grúa, que me limpiasen los glúteos y los genitales o tuviese que utilizar pañales».
Vila lleva quince meses en la prisión de Figueres y asegura que lo ha pasado muy mal. «He sufrido muchísimo», señaló. Más que nada porque no se explica por qué sigue entre rejas. «No entiendo como aún sigo aquí», afirmó. El acusado, de quien sus compañeros de trabajo en la residencia expresaron que era un empleado excelente, buena persona y que trataba con mucho cariño a los internos, no quiere asimilar que le puede caer una larga condena, porque no está dispuesto a asumirla. «Si me ponen 25 años como a Pere Puig (el Rambo de Olot, presunto autor de cuatro asesinatos), yo me voy con Montserrat, Sabina y Paquita (tres de las ancianas muertas)», remató. Mientras llega el juicio y la previsible condena, Vila se entretiene como puede.