CORNADA DE LOBO
Ave que volaba
Ave que vuela, a la cazuela. Si no hay perdiz, codorniz; si no hay codorniz, malviz... y si no hay malviz, a roer regaliz. Al pichón, perdigón. Al pardal, pardalera y sartén de manteca. El nido de urraca lo despeña un niño escalando un chopo, pilla ahí su medalla y se hace un hombre. Jilgueros y lúganos se cazan con liga; nunca las hembras, que se echan a morir al día siguiente de verse presas. Al ave rapaz, odio y envidia: águilas, halcones, azores, gavilanes o alimoches sólo tienen un nombre en la ignorancia popular: ¡gaviluchos, cartuchazo! Si piensa el labrantín en palomas torcaces, es con arroz. Con humo de azufre coge el gañán en la tenada un saco de tordos. Con postas de jabalí aguardan a la avutarda en la paramera. Con avefrías, francesillas, alondras o becadas no cabe indulto y les llueve de lado mostacilla de plomo.
Aves... cazuelas...
Sólo parecen librarse de injurias y escopetas las cigüeñas porque tienen salvoconducto de campanario y las golondrinas por llevar en el pico una espina del Cristo de la iglesia que les caiga al vuelo (no suelen denunciar los señores párrocos a las autoridades de Patrimonio ni a los civiles estos robos de espinas de sus tallas y retablos porque todos sabemos que las golondrinas no lo hacen por joder, sino por seguir en su leyenda).
Y como ley general del zampón que arrampla, este refrán de la Iberia ruda y mezquina: «Al ave de paso, cañazo» (de quien no sabemos ni siquiera el nombre, poco nos preocupa su suerte o su muerte... cóbrale el doble).
Todos esos pájaros nos precedieron milenios en hacer de esta tierra su casa; por antigüedad y ley, son de aquí y más amos que tú, que yo y ese de la motosierra que pide cazuela...
¿Sabes qué es un zampullín, una curruca?, ¿te importa cuántos abejarucos pueda haber en los taludes del Esla?, ¿crees que se habrá extinguido del todo el búho real en Picos de Europa?, ¿por qué hay garcillas o cormoranes donde jamás se vieron?, ¿qué hace menguar a treparriscos y chotacabras?, ¿dónde canta todavía la calandria?...
Si averiguásemos las respuestas que nos anticipan las aves, quizá nos ahorraríamos muchas otras preguntas.