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Gente de allá | El culebrón de una tragedia

Noche de amor encallada

La moldava que acompañaba al capitán Schettino en el ‘Costa Concordia’ . dice que habría acabado con él en la cama si no hubiese sido por la catástrofe.

La joven moldava Domnica Cemortan, en una foto de archivo al salir de la comisaría de Grosseto, en Italia.

Publicado por
íñigo domínguez | roma
León

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El naufragio del Costa Concordia con 4.200 personas ha pasado ya de la crónica seria a la sección de cotilleos. La ya célebre moldava que acompañaba al aún más famoso capitán Schettino, Domnica Cemortan, lo ha comprendido rápido y está en plan profesional: da entrevistas a los diarios sensacionalistas británicos.

Uno de ellos presentó en exclusiva lo que llama la primera entrevista con ella, aunque ya lleva unas cuantas y en cada una dice una cosa. Va soltando confusos recuerdos de aquella noche y esta vez reveló que se besó con el capitán y que, probablemente, casi seguro, esa noche hubieran acabado acostándose. Pero la catástrofe dio al traste con todo. Entre otras cosas, con la vida de 32 personas.

Lo del Costa Concordia ya es el naufragio de una noticia seria, aunque la compañía naviera de bandera italiana sigue dando que hablar y no para bien, como les gustaría a sus propietarios. Este lunes quedó a la deriva otro crucero de la compañía Costa en las Seychelles, con 1.049 personas a bordo, tras sufrir un incendio en la sala de máquinas que fue controlado sin que se registraran heridos.

No ha trascendido lo que la contradictoria Cemortan declaró al fiscal, pero ya largó en público que cenó con Schettino y que no cenó con él, que subió con él al puente de mando y que no subió con él, que no entró dentro y que sí entró, que tenía su propia cabina y que se alojaba en la del capitán, que solo eran amigos y que le amaba... Luego salieron unas fotos en las que estaban juntos un mes antes, comiendo ostras en la Costa Azul y los buzos encontraron su ropa en el camarote de él. Última versión: tomaron juntos el postre y el café, y subieron al puente de mando, donde presenció en directo el choque con un arrecife.

Esta vez Schettino, casado y con una hija, se ha hartado y sus abogados estudian si presentar una querella por difamación. Dicen que «es una burda especulación sobre un asunto que, por otra parte, no tiene ninguna relevancia procesal».

Algo hay porque quizá la rubia influyó en el curso de los acontecimientos o incluso en el del propio buque. Según escribió el fiscal, «el comandante ralentizó la nave para completar la cena con Domnica y después hizo acelerar para no acumular retraso». También se investiga si la presencia de la chica empujó a Schettino a tirarse el pisto al timón delante de ella. Desde luego, la Fiscalía cree que en la sala en ese momento había cierto ambiente de juerga y caos.

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