¡Señor, sí, señor!

Al soldado Manning le van a caer unas collejas al bies... y grillete perpetuo, según fuentes. Haberle chivado a Wikileaks toda aquella carrada de documentación secreta de Estados Unidos fue un disparo a la línea de flotación de la credibilidad de los norteamericanos, convertidos así en el chiste planetario de la década y en una vergüenza interna que ni se traga ni se perdona. Cágate, Manning, aunque te hayan propuesto al Nobel.

El soldado Manning es algo esmirriao y lleva gafas feas, justo el tipo al que le caen las bromas y burlas de cuartel. Fue su caso y sus filtraciones tienen mucho de fría venganza reparadora. Pero al verle tan enclenque y esposado entre dos armarios mastuerzos de la policía militar, su cara infunde cierta compasión y pícara complicidad. Al fin y al cabo, es el débil de esta historia y enfrente tiene al todopoderoso Pentágono, a la CIA, al FBI, al Congreso, a Washington y a todo yanki con bandera en su jardín, agraviado él por este traidor, este Judas que ha dejado a la patria con el culo al aire (parece mentira que todo el enemigo y su estrago sea sólo un apocado soldadete, un pocapicha que en otro tiempo habrían destinado a turuta o marmitón de cocina).

Soldado Manning, ¡le va a caer un puro!

¡¡¡Señor, sí, señor!!!

Hoy, el cabo furriel no es el chupatintas de antes, el pelota del economato. Hoy el furriel sabe griego y el personal logístico militar se recluta entre jóvenes que sepan de ordenatas, aunque sean esmirriaos, así que cáguese usted, mi brigada, porque cuando estos esmirriaos empollones se rebotan, pueden cagarse hasta en el general si le informan a su esposa de los movimientos de una cuenta oculta que no figura en su declaración conjunta y en la que aparecen curiosos gastos algo putones en tiendas y joyerías.

Cuidadín con el retaco.

¿Apostamos algo a que el soldado Manning ha de tener necesariamente algún as en la manga, otro mogollón de información confidencial que ha encriptado en lugar secreto o codificado? Dalo por hecho si dice la NBC que el Pentágono sería sensible a un acuerdo. Está claro: el mosquita muerta Manning tiene un plan «b»... omba.

¡Pero qué jodío el tío!