Benedicto XVI arremete contra el sacerdocio femenino y la soberbia
Benedicto XVI celebró este Jueves Santo en la basílica de San Juan de Letrán, de Roma, la Misa de la Última Cena, durante la que lavó los pies a doce sacerdotes, aseguró que la soberbia es la «verdadera esencia del pecado» y advirtió contra el deseo del hombre de querer ser Dios. Por decisión suya, el dinero que se recogió durante la misa se destinará a los refugiados de Siria.
Benedicto XVI ofició también este Jueves Santo, en la basílica de San Pedro del Vaticano, la Misa Crismal, que marca el comienzo del Triduo Pascual, en la que dijo que la situación actual de la Iglesia es muchas veces «dramática y reiteró el «no» al sacerdocio femenino. El papa denunció la «desobediencia organizada» que propugnan unos 300 párrocos austríacos, que han puesto en marcha por Internet la iniciativa «Una llamada a la desobediencia», con la que exigen reformas, como permitir el sacerdocio a las mujeres y a los hombres casados. El Pontífice señaló que pretenden desobedecer cuestiones sobre la que Juan Pablo II ya declaró «de manera irrevocable que la Iglesia no ha recibido del Señor ninguna autoridad sobre esto».