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LEONESES POR EL MUNDO. TURQUÍA | Javier González Fernández. profesor de español en la UNIVERSIDAD DE FATIH

«El cielo de León tiene un valor incalculable»

Redescubrir nuevos parajes y conocer la forma de vivir y pensar de otras culturas es lo que ha llevado a este leonés a dejar su huella en Inglaterra, Polonia, China, Tailandia y ahora Turquía.

Javier González Fernández, junto a Zuzanna y su hijo en Priene (Turquía).

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ana g. valencia | león
León

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Estambul es el último destino de Javier González Fernández, que junto a su alma gemela, Zuzanna, ha formado un tándem con un objetivo concreto: conocer todas las culturas posibles y convertir la vida en una constante aventura.

Esta idea rondó la cabeza de nuestro leonés desde muy joven, «mis hermanas emigraron a Tarragona cuando yo aún estaba en el Instituto, cuando iba a visitarlas, veía que aquella gente no tenía mucho que ver conmigo, ni mejor, ni peor, simplemente eran diferentes. Entonces decidí que si tenía que vivir en el extranjero, por qué no hacerlo en lugares exóticos». Y dicho y hecho, así fue como Javier González pasó varios veranos en Inglaterra para aprender inglés, «tenía una vida muy cosmopolita, compartía habitación con chinos y tunecinos y trabajaba con polacos, coreanos, ingleses... Una vez conté que tenía amigos de veintiuna nacionalidades diferentes». En una de estas temporadas, nuestro leonés conoció a Zuzanna, «me tocó la lotería en muchos aspectos, y por ella me fui a Polonia».

Los dos son profesores de idiomas y aseguran que gracias a su profesión pueden llevar este tipo de vida, «con otra pareja sería imposible», matiza Javier González.

Después de tres años en Polonia, el tiempo mínimo que este profesor considera indispensable para conocer un país, el gusanillo de viajar volvió a llamar a la vida de esta pareja. Hicieron las maletas, y la mudanza les asentó en China. «Hay cosas que damos por supuestas, pero que tienen un valor incalculable, después de estar en el país de la Gran Muralla sin ver el sol cuatro meses por la contaminación, el cielo de León tiene un valor incalculable».

Otro volantazo y el siguiente destino de nuestro aventurero fue Tailandia. «Cuando la gente ve nuestras fotos — http://www.flickr.com/photos/69592984@N04/ —quieren seguir nuestros pasos, pero para disfrutar te tienes que enamorar de este tipo de vida».

Las claves para recorrer el mundo son tener paciencia y mucha imaginación, «hay cosas que llegan a ser estresantes porque las tienes que hacer en un idioma que no dominas, como ir al banco, al médico, casarte o tener un hijo». Sin embargo, la otra cara de la moneda se compensa con la suerte de poder viajar y conocer lugares preciosos. «Lo que más echo de menos es indudablemente a mi familia, poder estar con ellos en persona no tiene precio», pero además Javier González confiesa que al vivir en un país musulmán como Turquía no encuentra morcilla que, al menos, se parezca a la que hace su madre.

En Estambul nuestro leonés sólo lleva seis meses, «el tiempo suficiente para darme cuenta del carácter servicial y amistoso de los turcos, además la cocina de este país es increíble, aunque a decir verdad, me gustan más los kebap de León que los que podemos encontrar en Turquía aunque la carne sea fresca».

Javier González Fernández es profesor de español en la Universidad de Fatih donde además come diariamente, «cada día pruebo cosas nuevas», la última moda, es dar el kebap en forma de bocadillo con patatas fritas dentro.

«Extraño poder enseñar a mi hijo a montar en bicicleta, — argumenta González—, como mi padre lo hizo conmigo, pero es imposible por la manera de conducir de los turcos». A pesar de las diferencias, o de lo que Turquía no le ofrece a nuestro leonés, Javier González está convencido de que los leoneses nos deberíamos fijar en el sentido nacionalista de los turcos, «cuando miras donde están hechos los productos que se consumen, sólo una minoría son importados, de ahí, en mi opinión el increíble crecimiento económico de este país».