La crisis deja a 12 millones de personas bajo la amenaza diaria de la pobreza
¿Hay realmente 12 millones de pobres en España? La primera reacción al observar las estadísticas europeas sobre pobreza y exclusión social es de perplejidad. España figura en el segmento más alarmante de la gráfica, donde se rebasa la tasa de pobreza del 20%, por encima de la media de la UE-27, por detrás de países como Italia y Portugal y a la cabeza de un grupo conformado por las economías menos avanzadas del extinto ‘bloque del Este’ y, como no, Grecia. El porcentaje de la población española que estaba en riesgo de pobreza y exclusión social en el 2010 (último ejercicio con datos comparables) era del 25,5%, es decir, esos 12 millones de personas.
La evidencia estadística subraya la existencia de un problema: más de cinco millones y medio de parados, 1.728.400 hogares en los que ni un solo miembro de la unidad familiar tiene empleo... Pero, con todo, se diría que la sociedad española no presenta los indicios más palpables de las situaciones de pobreza, ésos que ya se aprecian dramáticamente en Grecia.
España presenta unas tasas de riesgo de pobreza sensiblemente más elevadas que sus vecinos más próximos. Los estudios realizados por investigadores como Olga Cantó, de la Universidad de Vigo; o Rodrigo Gutiérrez, de la Universidad de Oviedo, concluyen que mientras que en Alemania, Francia o el Reino Unido menos de un tercio de la población ha vivido en alguna ocasión por debajo del umbral de la pobreza, uno de cada dos españoles pasará en algún momento de su vida por ese estado de necesidad. Y la severa situación económica hace que ahora mismo ese riesgo sea mucho mayor.
Antes del inicio de la crisis había un factor que ‘europeizaba’ la relación de los españoles con la pobreza: su escasa persistencia en el tiempo. En los últimos años ese patrón ha cambiado claramente. «Las situaciones de pobreza se están cronificando», advierten los expertos. «La crisis —dicen sus técnicos— no sólo ha ampliado el número de personas afectadas por situaciones de pobreza y exclusión sino que ha extendido el problema a ciudadanos, cuya situación anterior no hacía previsible que necesitaran acudir a servicios de ayuda».