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Abuelos, vigilantes del buen comer

Dos de cada tres abuelos fomentan la dieta mediterránea entre sus nietos y mejoran sus hábitos alimenticios, según un informe publicado por Aesan y Fesnad.

Los mayores son celosos guardianes de que los más pequeños coman de forma sana.

Publicado por
daniel roldán | madrid
León

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Los abuelos siguen ampliando sus funciones. Antes, ejercían de abuelos en una visita semanal, pero ahora las cosas han cambiado: se han convertido en canguros y, en algunos casos, responsables de la educación de sus nietos. Pero sus funciones se han visto ampliadas. También son defensores de la dieta mediterránea, celosos guardianes de que los más pequeños de la casa coman de forma sana.

Dos de cada tres abuelos fomentan la comida española al menos una vez a la semana, cuando los retoños de sus hijos vienen a sus casas a comer o cenar. Y lo hacen casi sin querer, ya que dan de comer a sus nietos lo que han aprendido a lo largo de sus vidas. Comida tradicional, la de siempre, que marca los hábitos alimenticios de los niños en un futuro, mejorará el desarrollo del niño y del adolescente y previene de padecer enfermedades crónicas en edad adulta.

Son algunas de las conclusiones del primer informe que han realizado la Federación Española de Sociedades de Nutrición, Alimentación y Dietética (Fesnad) y la Agencia de Seguridad Alimentaria y Nutrición (Aesan) a más de 400 abuelos sobre la influencia que tienen estos en los alimentos que ingieren los más pequeños. El estudio destaca que los menores ven lo que hacen sus abuelos. Los mayores comen tres piezas de fruta al día y las verduras y los pescados están sobre sus mesas tres veces a la semana. «Los abuelos enseñan a lo nietos a conocer nuevos sabores porque suelen realizar comidas más elaboradas», comentó durante la presentación Giuseppe Rssolillo, secretario general de Fesnad. También defendió a ultranza los platos de cuchara que se están perdiendo del día a día.

Pero los abuelos son críticos con ellos mismos. El 39% de los encuestados cree que su dieta es mejorable y el 26% indica que su dieta es muy sana y saludable. También tuercen el gesto con lo que ven a su alrededor. Más de la mitad considera que cuando eran pequeños comían más sano que sus nietos, un 45% cree que era más abundante en cuanto a diversidad y dos tercios están convencidos de que sus nietos no comen de todo. Aquellos que están en la franja entre los 60 y los 69 critican mucho que no coman ensalada. Los mayores no se amedrentan por los caprichos de los pequeños. El 66% dice que les pone la misma comida que a ellos; y si no les gusta, no hay otra opción. Tampoco están muy conformes con que coman tanto lácteo de postre. Ellos se lo quitan y les dan una pieza de fruta. Pero los abuelos también hacen que colaboren poniendo y quitando los platos de la mesa. La Fesnad considera que hay otros aspectos que pueden influir en que un futuro los niños tengan una buena conducta alimentaria. Implicarles en el diseño de los menús, dejarles participar en la compra o explicarles por qué se eligen diferentes alimentos.