«Os que mamam»

Busca en youtube a Cidinha Campos, diputada del parlamento de Rio de Janeiro. Truena esta mujer y nos reconcilia con el arte de la política, es clara y brava, no tiene velos en la boca ni cintura de bailarina de estrado. Verás ahí una intervención suya a pie de tribuna dirigiéndose al presidente con un «eu quero falar dos que mamam»... y el presidente, con cara de hogacina socarrona, le contesta «no sé si es el momento o el día para hacerlo aquí»... la cámara le ríe la ocurrencia... pero Cidinha despeja al instante las dudas indicando que quiere hablar de «los mamones, cabrones, sinvergüenzas y canallas que infestan la política nacional... y esta misma casa»... desde ese momento hasta el final de su intervención, la cámara quedará muda y nadie interrumpirá su vehemente bronca a los representantes del pueblo.

Después de escuchar este alegato y ver que aquí seguimos cabreados, furiosos y huérfanos de estas voces parlamentarias, creí oportuno consolarnos con su eco e imaginándolo en nuestras propias cámaras o corporaciones donde esas mismas palabras darían en más de una diana...

... porque dice Cidinha: Veo en esta casa el cinismo de los ladrones... ayer vi en la tribuna a un diputado hablando de moral y buenas prácticas (propuesto al Tribunal de Cuentas) cuando su padre está preso, su tío está preso y él es un «naranja» (cómplice)... ¿robando qué?... ¡vacunas y medicinas para los niños!... y su hijo está también procesado (estoy hablando del hijo que quiere entrar por el culo de su padre) por corrupción, por «formaçao de cuadrilhas» (rescátese el término en España), por corrupción pasiva y cohecho... y aquí, en esta casa, como si nadie supiera, nadie escuchara... y se ríen, juegan, veo a todo el mundo con sonrisas en este plenario... esta no es una casa de santos, pero tampoco se puede convertir en una casa de canallas consagrados, canallas corruptos... y todos nosotros sabemos que lo son...

Tras esto, llegó ayer la noticia que un ejecutivo de Bankia se va de la quema con un finiquito de catorce millones de euracos, ante lo cual, ¿quién no pide la voz de Cidinha para poder exclamar ¡foder, foder, outro mais dos que mamam!... ¡¿y hasta cuántos más?!...